Bucle infinito.
El tráfico era excesivo, como lo ordenaba la lista de instrucciones para lunes en la mañana que la ciudad cumplía sin fallar un punto. Holmes iba bien vestido al trabajo, en un vehículo insignia de la clase media, con todos los adornos que no le asignó la naturaleza. Pensó en lo extraño que debía ser para su instinto vivir liberado de las amenazas de las llanuras africanas, presa de las tranquilidades modernas envasadas y comercializadas, debía sentirse que le faltaba algo a la existencia, pensó que tal vez la peor carencia del hombre moderno, era que no le faltaba nada, pues hizo del mundo su hogar y se convirtió en un extraño en su propia casa.
En el asiento del copiloto iba un libro sin terminar: La felicidad paradójica de Lipovetsky, al fondo una frecuencia de la FM hablaba de la inminencia de una catástrofe climática. La nueva normalidad era siempre anómala, también era lunes y hacía frío. Holmes entró en un gran auditorio universitario donde daba clases, había unos cuantos alumnos qué destacaban por su curiosidad y había un montón más qué iba por obligación con sus padres o la sociedad, nunca consigo mismos. Pasó de reojo la vista por la habitación y se encontró de pronto sumergido en un Déjà vu. Holmes odiaba los Déjà vu porque no podía explicarlos, ni su ilustrada mente, ni su postgrado en astrobiología podrían darle una pequeña idea de un fenómeno tan simple en su cerebro, ese pequeño bucle inexplicable.
Comenzó la clase con un súbito cese al fuego de las incontables voces que inundaban el auditorio. Holmes explicaba a sus estudiantes sobre una ecuación que permitía estimar la probabilidad de vida en el espacio. Jugaron con el enorme misterio de por qué no hemos contactado vida extraterrestre, la paradoja de Fermi, así el día tomó un tono cada vez más agradable, lentamente el auditorio se sintió más cálido y cómodo, los estudiantes parecían cobrar vida mientras recordaban que alguna vez fueron niños curiosos, olvidaban por instantes el compromiso y el hastío mientras Holmes olvidaba al tiempo, qué hacía todo esto por dinero.
Llegada la tarde fue al observatorio astronómico de Bogotá, el cual dirigía, vio los mismos rostros conocidos de siempre, sin novedad en el frente, ni los telescopios ni los otros detectores suyos habían detectado nada, para variar, pero una noticia se estrelló en su cara cuando abrió el correo electrónico para dar una mira rutinaria a lo mismo de siempre, los chilenos y los australianos habían informado un fenómeno extraño, parecían haber detectado señales de láser originadas dentro del sistema solar.
-¿Están seguros que el láser no venía de nuestros instrumentos espaciales? algún artefacto fabricado por el ser humano? - preguntó Holmes incrédulo a los científicos del observatorio en Chile.
-Era el láser más perfecto que jamás hemos visto, todos los fotones detectados iban en la misma frecuencia, coherencia perfecta, ninguna máquina humana podría fabricarlo Respondió su colega de la tierra de Neruda.
Fue cómo si centenares de palomas se lanzaran a volar en la mente de Holmes, una reacción en cadena, decenas de pensamientos se volvieron miles. “Si usan láser deben entender de física cuántica” pensó Holmes mientras servía con manos temblorosas una copa de Whisky. Llamó a su mejor amigo, Lucas y le dijo qué se viniera volando para el observatorio. Este podría ser un día para la historia.
-Más despacio Holmes, que no te entiendo hombre- Dijo Lucas impaciente- recibir una señal láser no es necesariamente una visita de Alf y ET en la misma nave.
-Me parece un chiste malísimo, deberías ver menos comedia Stand Up -Dijo Holmes con una sonrisa en la voz- esto es algo grande Lucas, nunca hemos fabricado un láser con esa sincronía, te espero en el observatorio, traete algo para comer.
Pasó el día sin mayores novedades, sólo especulaciones de los colegas y una lista interminable de bromas pesadas de Lucas.
Holmes se durmió sobre un escritorio en el que había libros, artículos científicos, al fondo sonaba el bolero de Ravel con su infinita escalada en un bucle obsesivo. Holmes se levantó de golpe cuando su mente repasó algo relacionado con un láser alienígena, se acomodó la chaqueta y encendió el televisor, en todas las noticias lo mismo. Había un objeto volador no identificado sobre el océano pacífico. El mundo estaba paralizado por primera vez desde que comenzó a rodar la rueda de la civilización. En el observatorio astronómico, el murmullo era cómo un aguacero en un tejado metálico, todos comentaban ideas, teorías. Holmes intentó organizar un debate y pasaron horas discutiendo que podía ser.
Esa tarde el OVNI qué de manera poco sorprendente, se encontraba rodeado de una flota de barcos de varias potencias mundiales, asomó un instrumento extraño en forma de antena y proyectó en muchos sentidos un código en binario qué se transmitió cómo luz y sonido. emergieron 3 frases que fueron transmitidas por todos los canales de televisión del planeta en cuanto se identificó su significado, incluido el televisor del observatorio de Holmes. “Somos amigos” “No queremos hacer daño” “Necesitamos volver a estar vivos”.
El caos se propagó por varias ciudades del mundo. El peor temor de muchos se hizo realidad: Nuestro primer contacto extraterrestre fue con algo que sabía mucho más sobre nosotros que nosotros sobre ellos. El OVNI emitió 4 mensajes más en binario. La primera frase era: “Debemos comunicarnos con 4 personas”. Luego los datos y la información necesaria para ubicar a esas 4 personas, 1 de ellas era Holmes, quien fue contactado de inmediato por el gobierno de su país, para cuando intentaron trasladarlo al océano pacífico en helicóptero cómo acto de buena fé interplanetaria, ya era tarde, una copia exacta del UFO en el océano, se encontraba sobre el observatorio. Entonces un rayo golpeó la cabeza de Holmes al tiempo qué Lucas corría a sujetarlo para evitarle un golpe en la cabeza.
Pudo ver de golpe una especie de video en reversa: la tierra alejándose, un recorrido invadiendo muchos planetas, cazando y matando seres vivientes para obtener energía, sustento, para seguir vivo, sentía sed, sed de ser carne, de ser humano, atravesó varios agujeros de gusano y recorrió el universo durante millones de años, llegó a un punto de alivio: el paso de su consciencia fría de una máquina a un cuerpo humano, la agradable sensación de respirar y el latido del corazón, vio su rostro mucho más viejo en el espejo, el planeta en hambruna, la cuarta guerra mundial y luego la tercera, su participación en un gran proyecto para lanzar la conciencia humana al espacio, entonces lo entendió todo: Somos nosotros, ellos son nosotros pero millones de años más tarde. Sintió náuseas de sabernos convertidos en parásitos nostálgicos, cansados de recorrer el espacio y añorando volver a ser humanos para simplemente poder morir.
Invadido por memorias de una versión millones de años más vieja y cruel de sí mismo, Holmes renunció a su destino y escogió morir tranquilo en la tierra. Pensó que tal vez la peor carencia del hombre espacial, era que le faltaba todo, pues no tenía un mundo ni hogar. Holmes no fue al espacio, en consecuencia nunca volvió para advertirse sobre no ir.
Bucle, infinito.
Bucle
Infinito.
-No puedo perderla, todo menos ella.
Esas palabras se arremolinaban cómo pequeñas luces que flotaban en una nube hecha de una sustancia extraña, donde una suerte de materia oscura revolvía ideas y sentimientos, había pequeñas burbujas que iluminaban tímidamente la oscuridad, cada una de ellas era un recuerdo o una emoción, algunas burbujas, las más brillantes eran fantasías y otras, las más oscuras, eran los miedos. Justo así y no de otra manera, se ve el oscuro y sublime paisaje que integra al subconsciente de un ser humano.
Damian llevaba algunos meses en esto, estaba buscando la forma de navegar el subconsciente, en realidad había encontrado ese camino 10 años atrás y lo hizo consumiendo LSD, Peyote y cantidades absurdas de Ginebra, pero esta no parecía y no era, una estrategia sostenible en un plazo compatible con la vida. Otros humanos, los primeros chamanes, conocían ese camino hacía más de 100 mil años, cuando comieron hongos hasta entonces desconocidos, bajo la luz de auroras boreales en Escandinavia o las estrellas que iluminaban la sabana africana, otros alucinaron con las mismas auroras y estrellas en Australia cuando incendiaron bosques para ganar terreno y por casualidad incineraban a los espíritus del bosque, fue ahí y no en otro lugar donde comenzó el primer viaje introspectivo del hijo maldito del monte Kilimanjaro, el homo sapiens fue en su origen un cosmonauta de su propio subconsciente y descubrió de buen manera las plantas malditas, las malditas plantas para navegarlo. Damian había encontrado el camino a su subconsciente mientras adulteraba su alma, o lo que quedara de ella, con copias baratas de sustancias ancestrales que alguna vez fueron sagradas.
La diferencia ahora era abismal, porque el acceso al subconsciente era a través de una nueva tecnología creada por Damian, un conjunto de chips organizados de tal suerte, que permitían entrar a un abismo sin fondo, ubicado en la parte más recóndita de la mente humana. Damian se inspiró en una conferencia de un psiquiatra brillante en el año 2024, en Barcelona, el tipo hablaba de la materia oscura, decía qué esta era la mayoría de la materia en el universo aunque no pudiéramos verla y trazó un paralelo atrevido, decía qué el subconsciente humano es a la mente, lo que la materia oscura al universo. “El subconsciente tiene el poder, nos dirige, nos domina, nos somete y nos libera pero no podemos verlo, es la materia oscura de nuestro universo interno, es Mr. Hyde acechando al doctor para quitarle el control y tomar cartas en el asunto”, las ideas del psiquiatra invadieron su mente como plantando una bandera en la luna. Horas después de la conferencia, Ian, cómo lo llamaban sus amigos y su madre, quedó absorto en una lluvia de analogías mientras navegaba el mediterraneo en un pequeño yate, hacía un atardecer qué en ese momento creía inolvidable. De pronto se encontró libre de la prisión habitual de su mente e intercambiando miradas cortas y tímidas, cada vez más largas y aventuradas con una mujer qué le pareció a primera vista, habría sido forjada en una supernova, allá donde también se fabricaba el oro. “Ella parece haber nacido en un lugar así” pensó Ian mientras daba un pequeño sorbo a un cóctel sin licor. No es que no hubiera otras mujeres en el bote, sino que Ian sentía cómo si fuera la única en el mundo, una vaina rarísima, de esas qué ocurrían sólo en las películas qué hasta el momento le resultaban insoportables. “Debe ser esto de navegar el mediterraneo y el atardecer se mintió a sí mismo mientras se sumergía de nuevo en sus pensamientos para negar olímpicamente el hecho de que una mujer lo tenía nervioso. Alicia…Alicia fue su mayor inspiración.
Ian sabía bien que su corazón era enorme, pero no como imaginaba a una estrella, más bien como un pozo sin fondo, algo tan profundo qué ni todo el amor del mundo lo podría llenar. Se conocía muy poco, pero lo suficiente para entender que su materia oscura era más oscura que la de las otras personas que le rodeaban, durante muchos años se sintió orgulloso de algo que avergonzaba a todos: su propia oscuridad, ya que esta era mucho peor y por lo tanto: única, se había aferrado al valor de sentirse único por algo qué avergonzaba a la mayoría y esa simple idea le resultaba placentera. Alicia era diferente, parecía estar en paz con sus demonios y por lo tanto brillaba mejor que nadie. No era la sonrisa, era más bien la mirada, una de esas miradas que recuerdas durante días, un triángulo de las bermudas entre la boca y las cejas, “valdría la pena perderse ahí”-se dijo Ian mientras le dedicaba una sonrisa estudiada, de laboratorio y de memoria.
Alicia tenía lo que las personas entienden como una belleza universal, el cabello era castaño, los ojos muy oscuros y expresivos, ¡y carajo! era extraño sobre todo, qué una mujer pudiera tener tanta luz en unos ojos tan oscuros, sus dientes parecían haber sido cuidadosamente acomodados por un diseño inteligente pues cada imperfección parecía encajar en una armonía superior, los hombros eran un poco estrechos y sus caderas tenían la distancia perfecta, pues parecía hecha a la medida de sus mejores fantasías. Había, en todo caso, una contradicción curiosa en ella: su cuerpo parecía diseñado sobre los planos de alguna Venus olvidada en los ires y venires de la historia, pero estaba lleno de naturaleza, esa naturaleza que invade y posee a los espíritus de los hombres. Todo ese fatal embrujo sólo aumentaría su intensidad con la voz y el discurso de Alicia, qué vendría acompañado de los últimos rayos del sol.
Cuando todos se bajaron del yate, ya la noche estaba bien caída sobre sus hombros, el olor a mar y la inversión en la dirección de la brisa anunciaban un desenlace interesante. Ian que hasta entonces se consideraba un galán, tuvo una poderosa lucha interna para acercarse a hablarle, pues eran solo palabras pero, ¿cuales?. Al verlo dudar de esa manera, Alicia se acercó y lucía dispuesta a conversar, ladeo la cabeza dispuesta a escucharlo, parecía desear qué esa primera impresión valiera la pena.
-Hola, mi nombre es Ian. Tú debes ser Alicia. -Se sintió atemorizado ante la idea de haber confundido su nombre con el de otras mujeres en el bote, mujeres que por lo demás eran ya invisibles.
-Alicia Morte y es un gusto conocerte. -Alicia sonaba decidida y resuelta, de alguna manera, por contradictorio qué suene, también parecía tímida.
-Me suena más como: Alicia la que me hizo perder el atardecer. Tu apellido es vasco, ¿verdad? -Se sintió como un principiante por hacerle un cumplido y un reclamo al tiempo, pero la situación lo ameritaba pues la contradicción se había tomado la palabra.
-Antes que Vasco era Francés, eso me dijo mi papá alguna vez, la verdad no prestaba atención en clase de historia y tenía la mala costumbre de distraerme en la mitad de sus historias. -La admisión honesta de Alicia se acompaño de una mirada nerviosa a los lados. Ian se preguntaba qué podría poner nerviosa a una persona con ese aspecto.
Quedaba una botella de vino en el refri que los más atletas del grupo habían bajado del yate. Ian se sintió tentado a tomarla, pero recordó una vieja disputa, un capítulo mal cerrado en su vida, libró una segunda batalla interna entre desinhibirse un poco y reencontrarse con un viejo enemigo. Alicia la tomó en sus manos e hizo un uso magistral del sacacorchos, algo tan sencillo en sus manos parecía una cátedra sobre vinos en Burdeos, el condenado apellido tenía que ser de origen francés. Gradualmente todo se tornó confuso pues las palabras de Alicia ya no tenían sentido, su rostro parecía difícil de ver, las líneas qué dibujaban sus rasgos se tornaron borrosas y la mitad de las estrellas se fundieron en la noche, se formaron profundos huecos en el mar y la playa, y la conversación, la maldita conversación que según recordaba, podría haber hecho temblar los cimientos de su mundo, estaba entrecortada y encriptada. Ian navegaba en un recuerdo roto a pedazos.
Era el 2034, Ian padecía ahora una enfermedad degenerativa, su cerebro se caía a pedazos y todo lo que le quedaba era un código y una gran computadora con la que podía acceder a las cosas que ya no sabía que recordaba, para recaer de manera estructurada, su materia oscura ahora iluminada por el faro de alejandría (Cómo Ian llamaba a su máquina), estaba reducida a escombros. El recuerdo terminó de golpe cuando Ian se tumbó y sintió la arena en su espalda, Alicia sonreía y se acercaba dispuesta a fundirse en un beso, dispuesta a acabar con el galán nervioso que tenía al frente.
Ian avanzó en el tiempo usando la luz del faro y vio cómo la oscuridad de su subconsciente cambiaba, su estructura mental y una zona rojiza que Ian había bautizado: su corazón, se derrumbaban y re armaban violentamente mientras pasaban los días que vivió junto a Alicia, movidos por un ratón electrónico y su interminable rueda deslizable. Pudo ver asombrado el profundo efecto de esta mujer en su interior, se preguntó qué la haría tan poderosa para reorganizar su mente de una forma tan violenta. Dedició sumergirse en un recuerdo de color extraño, este parecía rodeado de una nebulosa y tenía el color compuesto de una aleación entre purpura y un azul helado. Vivió la inconfundible experiencia de entrar en uno de sus recuerdos y esta vez era un acto de masoquismo, pues era uno de los peores.
La puerta se cerró de golpe, Ian dudaba si correr tras Alicia o sentarse derrotado frente a sus libros, fatídico día, día para el olvido, olvido de todo. Retrocedió un par de horas usando el faro y comenzó a ver sus pies y sus manos entrelazadas, su cuerpo temblaba y estaba bañado en sudor, Ian estaba nervioso y esta conversación se estrelló en su cara:
-El neurólogo parece haber dado con el chiste Ali, tengo una mutación que destruye una proteína en mi cerebro, eso explica todo: los olvidos, los cambios de ánimo y mi falta de afecto -Ian confesaba el peor diagnóstico de su existencia frente al amor de su vida y ella lo miraba con una mezcla de dolor y compasión.
-Podemos arreglarlo cariño, si trabajamos junt…-comenzó Alicia.
-No tiene arreglo -Dijo Ian con la voz quebrada mientras sacudía la cabeza y cerraba los ojos con fuerza - es…es una enfermedad neurodegenerativa y no va a pasar mucho tiempo antes de estar postrado sin ser ni la sombra de lo que fuí. No mereces esto, no mereces cuidar a un enfermo terminal que de todas formas terminará hecho un vegetal, tengo un cáncer en la mente Ali. Tengo los días contados.
-No me importa, no hace ninguna diferencia para mi Ian, acepté tu propuesta de hacer una vida juntos pensando en acompañarte hasta el final, hasta el maldito final -Alicia parecía invadida por un dolor nunca antes sentido, sus palabras aumentaban de tono y se podía anticipar una tormenta tropical en cada paso de su discurso.
-Para mi la hace toda Ali,no quiero que desperdicies tus mejores años cuidandome, quiero que hagas tus maletas, vuelvas a tus tierras y te olvides de todo o yo me veré obligado a irme de aquí. Es el final para mi -Ian sonaba desesperado, si tan sólo hubiera tenido un arma para dispararle su punto de vista a su querida Alicia.
Tras largas horas de discusión, Ian decidió hacer el peor mal necesario que se le ocurrió en ese momento, lanzó a Alicia las palabras más ofensivas que surgieron del pozo sin fondo que tenía por corazón, trató de asegurarse de que si no era la razón, sería el enojo y el odio lo que motivaría a la única persona qué amaba para por fin abandonarlo.
Volvió al final de recuerdo: Alicia destruida, con el cabello revuelto y la cara hinchada por el llanto, luego Alicia de espaldas y azotando la puerta, caminando los últimos pasos que Ian escucharía, esos pasos que amaba escuchar llegando al departamento.
Pasó sus últimos días sólo, masticando sus recuerdos, explorando un universo cada vez más pequeño iluminado por un faro que se caía a pedazos, cuando no encontró más la mirada que añoraba recordar, cuando no quedó ni el nombre, ni el aroma, ni la sensación de acariciar su piel, tomó una decisión que ya parecía fácil. Ian que ya no recordaba su propio nombre, decidió hacer un último uso de la química, era una sustancia qué compró a un bajo cuerda a un enfermero cuando supo del diagnóstico, una sustancia qué había almacenado cuidadosamente y de la que ya no recordaba el nombre ni la dosis, preparó cómo pudo una solución final, se puso un catéter rompiéndose varias venas por accidente y abrió la infusión a chorro, era el final más digno qué puso escribir para su historia. Murió sin nombre, sin recuerdos y sin ella, en un departamento en alguna ciudad de la costa azul del mediterraneo, con una preciosa vista al mar y un atardecer idéntico al del día qué conoció a su mejor compañía, un atardecer qué había olvidado esa que fuera su última mañana.
3 horas más tarde que el maltrecho corazón de Ian y lo que quedaba de su cerebro, se apagó en automático el faro de Alejandría, las últimas palabras procesada por el lenguaje hexadecimal de esta curiosa máquina fueron:
Alicia.
Morte.
Un científico se acomoda las gafas -pues no da crédito a sus ojos- se agarra el cabello y trata sin éxito de ahogar un grito en su garganta, acaba de descubrir el cuerpo de su esposa sin vida junto a un arma de fuego y una nota de suicido.
Un general dispara en la cabeza a un soldado y su cerebro cae en pedazos sobre la nieve, siente alivio al acabar con el hombre más peligroso del mundo.
Una joven mujer revolucionaria detona una bomba bajo una estatua qué considera símbolo del machismo y la violencia qué dominó al siglo XX.
Un chimpancé le gana una partida de ajedrez, al mejor experto humano del mundo, se sorprende al ver a decenas de personas aplaudirle y piensa: “No deberían sentirse inferiores ahora?”.
El mundo era igual de anciano que inocente, nunca antes la humanidad tuvo tanta riqueza y nunca hubo una tasa de suicidio tan escandalosa y tan abrumadora como en esa década, en las grandes urbes de la autodenominada civilización o de lo que quedara de ella. El científico de las gafas, Thomas Song, era un inmigrante en la tierra de Shakespeare, de origen coreano, que llegó a la gran isla con el fin de estudiar una vaina llamada teoría de grafos, aplicada al estudio de la mente humana, un enfoque prometedor para descifrar lo qué sea que es la mente en realidad y que para ese año seguía siendo un amasijo de conjeturas formuladas por neurocientíficos e inteligencias artificiales.
Song llegó a Europa en el verano de 2060, se ganó rápidamente el respeto de sus colegas y fue reconocido en todo el mundo, sobre todo por una publicación dónde decía haber encontrado la clave para acceder al nivel de abstracción 7, el mismo qué alcanzó Albert Einstein cuando propuso la teoría de la relatividad y publicó 3 artículos merecedores del nobel teniendo sólo 26 años. Este fenómeno de la abstracción aumentada, hasta el momento esquivo a la neurociencia, parecía ser la clave de los mayores descubrimientos científicos de la historia, se creía qué Kurt Gödel llegó al mismo nivel de abstracción cuando propuso una teoría que demostró para siempre la incompletitud de las matemáticas, se creía que Mozart y Beethoven alcanzaron tales grados de abstracción para escribir sus mejores sinfonías. Song encontró la clave de estos estados de brutal conectividad neuronal y para su gloria y posterior desgracia, encontró la manera de manipular al cerebro para alcanzar dichos estados de trance intelectual. Esas tormentas perfectas, los míticos estados de abstracción nivel 7, eran para entonces un nuevo integrante del arsenal humano para conquistar el mundo y ¿por qué no?, todos los demás mundos.
El programa Atlas de la OTAEN y DARPA, tras sospechar del enorme poder al que había accedido el que 3 años atrás era sólo un inmigrante coreano con grandes sueños, reclutó a Song en mayo de 2063 con el fin de que liderará un nuevo proyecto, una iniciativa para crear a los científicos más brillantes, el objetivo era fabricar a los genios más grandes de la historia. Este era, por si hace falta aclararlo, un objetivo político y militar de alta importancia, ya que buscaba poner a occidente en condiciones de competir con la poderosa dictadura digital China e incluso dominarla, pero el 29 de diciembre de 2064 algo salió terriblemente mal con el proyecto qué habían denominado Abstracción AE. Los voluntarios del programa ingresaron como personas excepcionales y estaban naturalmente interesados en hacerse más brillantes, la mayoría eran jóvenes ambiciosos que siempre soñaron con ganar el premio Nobel o la medalla Fields.
Todo comenzó a adquirir un tono oscuro cuando el sujeto experimental: Alfred Larsen, un ingeniero de origen sueco de abundante barba roja y ojos pequeños, comenzó a dibujar en una pizarra de manera desesperada, un montón de conexiones entre algunos de los teoremas más profundos de las matemáticas, al principio, algunas de estas asociaciones fueron asombrosamente acertadas (según el concepto de otros sujetos experimentales quienes parecían ser los únicos en capacidad de entenderle), pero horas más tarde comenzó a escribir cosas sin sentido, a reír a carcajadas sin una causa aparente, susurraba sonidos incomprensibles, era evidente qué alucinaba, de pronto se convenció de que la tierra se iba a autodestruir si todo el mundo no comenzaba a decir la verdad. Fue necesario sedar a Larsen para calmarlo, luego de una junta médica entre los psiquiatras del programa, a Larsen le diagnosticaron un brote psicótico típico de la esquizofrenia paranoide. La helada noche de ese 29 de diciembre en el edificio principal del proyecto Abstracción AE en Munich, Larsen se encerró en una habitación y utilizó una soga para ahorcarse, al colgarse desde una tubería. El nudo qué elaboró cuidadosamente para quitarse la vida, resolvía un problema antíguo de topografía en matemáticas, algo relacionado con la teoría de nudos. Alfred se suicidó respondiendo a un problema que ni las mejores inteligencias artificiales habían logrado resolver, falleció a las 3 am del 30 de diciembre de 2064 y lo hizo de una manera terrible, como lo haría un ser brillante consumido por su propia oscuridad, no sin antes practicar diestros cortes en su abdomen y escribir en la pared con su propia sangre: “Quiero volver a la oscuridad, quiero cerrar los ojos, quiero olvidar la verdad”’.
31 de diciembre de 2064
-¡Feliz año nuevo!-exclamó Song mientras destapaba una botella de vino caro.
-Feliz año Dr. Song-dijo su esposa Kim, con una sonrisa forzada. - Esperemos que el resto de tus experimentos no mueran antes del día de acción de gracias.
Kim era una mujer esbelta, 170 cm de estatura, caderas amplias, una cara de rasgos finos, cabello oscuro y ojos turquesa, se dedicaba a la crítica de arte y había encontrado fascinante la inteligencia de Song al conocerlo. Su unión era producto de un amor apresurado, Song soñaba con una mujer física y emocionalmente perfecta y Kim soñaba con hombre del cual jamás pudiera aburrirse, sobre todo un hombre que no terminara sometido a su belleza como los anteriores, alguien qué aunque lograra poseer, siguiera siendo siempre inalcanzable para ella.
-En absoluto- dijo con aplomo y diplomacia Rickard Eriksen, el mejor amigo de Song- no se van a morir, el caso del ingeniero Larsen fue un caso aislado, parece que no hay más de qué preocuparse.
Rickard o Rick como lo llamaba la pareja Song, era un antropólogo experto en metahumanos y un patán con la mayoría de las personas, sin embargo algo hacía que respetara a Kim, al fin y al cabo ella había conseguido el corazón de Song, y eso ya era mucho cuento porque el Dr. Song, a los ojos de Rick, era una criatura extraña, brillante pero desviado y extremadamente ambicioso, por eso aquella mujer que le mereciera, sin duda merecía también su respeto.
-”En absoluto” -Replicó Kim imitando al mejor amigo de su esposo - todos tuvimos un año difícil Rick, yo tuve que dar muchas explicaciones a muchas personas, personas que no fueron para nada amables y toda esta presión social me está enloqueciendo, creo qué me iré a dormir temprano. -miró a Song, ladeó la cabeza con ternura y dijo- Feliz año nuevo cariño.
Song se sentía cansado pero accedió subir a la terraza del edificio con Rick, allí brindaron un trago tras otro y se olvidaron de todo, cuando la pólvora hizo su alboroto de media noche, ellos estaban recordando mejores días, a Song le pareció extraño pensar qué tal vez, la mayoría de la gente en la mayor parte del planeta, se pasa la mayor parte de la celebración de año nuevo, recordando los años que ya se fueron.
-Hey Song, despierta despojo humano alcoholizado, veo una llamada en tus anteojos. -Le dijo Rick con la voz ronca y amanecida, impregnada de cigarrillos y whisky.
Song despertó de un salto y parpadeo con fuerza para contestar. En la interfaz gráfica de las gafas de Song había 20 mensajes sin leer, 10 llamadas perdidas y apenas eran las 6:30 am del primer día del año.
-Dr.Song, feliz año nuevo y espero se encuentre bien, habla con el Géneral, lamento informarle qué todos los pacientes del programa, excepto uno, cometieron suicidio anoche, en la vispera del año nuevo, dejaron algunos mensajes y todos parecían obsesionados con algo sobre contar la verdad -El general sonaba confundido como casi siempre qué tenía qué explicar un asunto médico o científico -Queremos hablar con usted porque el único sobreviviente, actúa completamente normal, lo cual es todo menos normal, ¿no debería estar en pánico de saber que es el único qué aún no falleció?.
Song recordó un momento de su infancia, una época en la que no le sabía el nombre a la mayoría de cosas y aún se inventaba palabras qué no existían, fue la primera vez que vió un cerebro en su clase de ciencias, un cerebro de rana y recordó como soñaba desde ese día con encontrar los secretos más profundos de semejante máquina tan extraña, en apariencia tan simple, ahora que había encontrados algunos de esos secretos, los resultados no podrían ser más desastrosos, o si? ¿Podría haber algo peor que esto?. Sus ojos se llenaron de lágrimas y cayó al suelo de rodillas, totalmente abatido por la tristeza, “TODOS, TODOS excepto uno” gritaba una y otra vez y por primera vez en su vida, el dr. Song quería morir. ..
El general apretó el gatillo de su magnum y un soldado de alrededor de 30 años cayó sin vida, el contenido de su cráneo se regó con violencia tiñendo de rojo y sesos la nieve.
-Puse fin a su sufrimiento…y al de todos, no teníamos ya más opciones. -El general sentía una emoción que muy pocas personas conocían: el arrepentimiento de quitar una vida sólo compensado por la excusa del servicio a la patria o a la humanidad.- A este me lo he cargado porque era un peligro dejarlo vivo.
El recién fallecido era el Dr. González, un médico militar español, el último sujeto experimental de Song, quien en medio de una psicosis brutal había resuelto un problema de computación cuántica y con este poder había logrado programar la resolución algorítmica de polinomios de alto grado, palabras complicadas para decir qué podría descifrar cualquier contraseña en segundos y en medio de un ataque paranoide Gonzales, había hackeado todos los sistemas de seguridad gubernamental del mundo y sin pensarlo dos veces, había expuesto los peores secretos de todos los gobiernos del planeta, a cada cuenta de Gmail e iphone en el mundo llegó una copia de estos secretos, con evidencias, fotos, fechas, todo…Todo. La verdad sobre el asesinato del presidente Kennedy 100 años atrás, fue uno de los motivos de mayor indignación.
Para las 3 pm del 1 de enero de 2065, ya había protestas y disturbios en la mayoría de países, sobre todo aquéllos en los que mentir a la población era una norma, no es difícil imaginar cuáles y ese estallido global de violencia, el mayor desde la segunda guerra mundial 120 años atrás, ese era el altísimo precio de conseguir un mundo sin mentiras, algo que a Gonzales le parecía de vital importancia, sabrá Prometeo por qué. La tercera guerra mundial fue una guerra civil y comenzó en un plano secuencia con las fiestas de año nuevo, comenzando con Kiribati, los primeros en recibir el año nuevo y por lo tanto en amanecer. El mundo se podía ver completo en los hologramas de noticias que ya habían en cada casa del globo y lo que era evidente era que el mundo estaba en llamas.
El general informó a los altos mandos de la OTAEN sobre el piadoso asesinato del Dr. Gonzales y es que no era concebible para él, no era aceptable dejar vivo a un hombre con semejante poder, los secretos de Gonzales yacían esparcidos sobre la nieve, su cerebro hasta entonces a 37 grados celsius se enfriaba rápidamente mientras se desvanecía lo qué horas antes fue un poderoso secreto, el mismo qué inició el primer disturbio qué sacudió a todo el planeta. Desprogramar el computador cuántico qué utilizó Gonzales para cometer el mayor ataque hacker de la historia fue sencillo, bastó con 3 ráfagas de rifle de asalto M17, una solución final, ejecutada personalmente por el general.
Song sintió una mezcla de asombro y enojo al enterarse que habían asesinado a uno de los hombres más brillantes de la historia, pero Rick, en su rol de antropólogo, le recordó qué esa era la función de los sociópatas del ejército. Alguien tenía qué tomar las decisiones difíciles en tiempos de crisis y ese era el trabajo de esta gente de los uniformes y los rifles. A Song lo citaron de inmediato ante un tribunal qué tendría lugar en una sesión privada: debía aclarar cómo el proyecto más ingenioso de ingeniería cerebral de la historia, terminó con un saldo de 19 científicos suicidas, el ataque hacker más peligroso jamás realizado con éxito y 1 millón de civiles y policías desaparecidos o muertos, en apenas 24 horas.
-Estoy jodido, mierda, estoy realmente jodido- le decía Song a su amigo Rick con el rostro pálido y unas ojeras profundas -Es el fin de mi carrera, es el fin de todo por lo qué he luchado.
-Calmate Song, entiendo tu temor pero no eres una pieza prescindible, te recuerdo que sabes demasiado sobre la cara oscura de este proyecto…y tengo qué decir que no me sorprenden del todo los resultados pero ese argumento, lo vamos a usar a tu favor, recuerda que la esquizofrenia es el costo evolutivo qué paga el cerebro humano por su nivel de inteligencia, al activar el nivel 7 de abstracción hemos desatado una catástrofe en los cerebros de los voluntarios, hay un caso histórico, Gödel murió de hambre al pensar que la comida qué preparaba su esposa estaba envenenada, no descubres un gran secreto de la naturaleza sin pagar un alto precio, no eres excepcional sin sufrir por ese talento, al fin y al cabo quién querría ese nivel de abstracción si conociera el enorme costo qué eso conlleva. En el informe bioético del proyecto yo había contemplado esa clase de riesgos y ellos debieron haberlo leído.
. .
Alicia Morte estaba de cumpleaños, su cumpleaños 22, era una reconocida influencer y activista que 3 días antes había detonado por primera vez una bomba para destruir un símbolo de lo qué ella llamaba: la masculinidad capitalista, su militancia de izquierda comenzó como una respuesta al acoso verbal qué sufría en la universidad por su atractivo físico pero sobre todo la combinación entre la rebeldía y ser una líder natural. Los hombres jóvenes del 2040 en adelante no tenían mucho sexo, pero eran pervertidos sin remedio, alterados por toneladas de la pornografía más desviada, jamás antes hecha en la historia y eso era algo que perturbaba profundamente a Alicia o a cualquier mujer con dos dedos de frente, era apenas natural qué vieran en la figuras masculinas a sus potenciales agresores, estos hombres del 2060 no ofrecían ninguna clase de protección, todo lo contrario.
Alicia creía que tenía una misión especial en el mundo, veía la injusticia en todas partes, la dictadura digital en China, la alianza Ruso-Estadounidense que terminó por acabar con cualquier rezago de libertad en Ucrania y con la invasión indefinida de Finlandia, el ocaso cansino de la oligarquía occidental que se negaba a morir con dignidad, el ascenso de un Brasil imperialista qué invadía a sus vecinos para robar recursos y una Europa poblada de ancianos que ofrecía beneficios económicos a cualquier grupo de humanos que quisiera anidar en las calles otrora románticas de París o de Roma. Según la perspectiva de Alicia había muchas cosas para cambiar en el mundo, sobre todo la antigua quimera del capitalismo salvaje, que seguía bien viva y devorando más gente que nunca.
-Es triste la muerte de los 20 científicos estos, pero es lo que se buscaron por andar jugando con fuerzas qué desconocen, por la ambición desmedida y estúpida qué gobierna a la humanidad y sobre todo a todos estos engreídos ultra competitivos qué dirigen el mundo- dijo Alicia en un streaming con los dientes apretados mientras se acomodaba el cabello en el espejo - casi parece una obra de la selección natural.
Iba en su bicicleta sin motor a clase de historia, era un día soleado en los Ángeles, que para ese momento se encontraba cubierta por un domo gigantesco de paneles solares, pues fue lo único qué se les ocurrió para detener al sol abrasador, para enfriar una ciudad donde llegaron a fallecer 50 personas diarias en las peores oleadas de calor. Alicia se ubicó sobre una estatua de la universidad y comenzó su discurso:
-¡Lo del chimpancé y los científicos suicidas, son pruebas contundentes de qué los tipos que escogimos para gobernarnos, están haciendo mal las cosas, están jugando con cosas que no comprenden!- clamaba Alicia con un megáfono en la plazoleta del campus principal de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA)- ¡estamos jugando con fuego y nos vamos a quemar!.
Rápidamente se congregaron allí quienes iban pasando, primero unas decenas y a los 40 minutos ya había unos 350 estudiantes, Alicia tenía el don de la oratoria.
-Bájate de ahí Alicia, te vas a lastimar-Dijo el Chimpancé Edwin, tapándose el sól con una mano alargada y negra- No tienes los brazos para evitar caer de esa altura, eres sólo un humano.
-Ahora resulta que tengo qué hablar con el chimpancé sabelotodo -dijo Alicia incrédula ante lo que veía.
-Supongo que tengo derecho, ya que fui parte de tu inspirador discurso contra el futuro, pero vengo porque requiero tu ayuda para parar esta locura de los científicos meta humanos-dijo Edwin a través de un traductor digital qué le otorgaba una voz grave y profunda- Si no piensas ayudarme conseguiré a otros de tu clan, pero eres sin duda la mejor opción, eres el alfa de los universitarios del mundo y seamos honestos, hablamos de gente inteligente pero de alguna manera manipulable.
-Okey, honestamente no creí que llegara a ser halagada por un chimpancé parlanchín, espero no tengas alguna expectativa romántica con una humana, los estudiantes de la UCLA somos liberales pero entendemos los límites del transprimatismo- dijo Alicia con un tono burlón.
-Si quisiera cortejar humanas ya estaría en la lista de los Einstein suicidas que hay en el noticiero, Alicia. Vengo para organizar un movimiento activista pero secreto, contra estos proyectos de experimentación meta humana. Pero necesito de tu liderazgo y entiendo qué la mayoría de humanos de hoy sienten más empatía por los animales que por los demás humanos, verdad? Soy un chimpancé y eso me da cierta ventaja, además puedo entender tu sociedad mucho mejor de lo que piensas.
-¿Quieres hacer activismo o robar los secretos de esa gente para convertir al resto de tu especie?-le interrogó Alicia con un tono mordaz- Entiendo que los chimpancés son seres sumamente dominantes y mi lucha es contra ese tipo de comportamiento que lamentablemente, heredaron los humanos, entonces…¿te llamas Edwin verdad?.
Edwin tomó aire, entrecerró los ojos y abrió su mente con una voz artificial profunda:
-Edwin es mi nombre para los humanos, entre chimpancés tenemos otro tipo de códigos, espero que entiendas qué he descifrado los peligros de potenciar la abstracción en tu especie y en la mía, y mi cerebro ya ha sufrido graves consecuencias por la edición genética la que fui sometido de manera involuntaria - explicó el chimpancé mientras daba sorbos a una lata de cerveza- además ahora tiendo a volverme adicto a cualquier cosa, me parezco tanto a los humanos que preferiría no haber nacido y mucho menos le haría eso a alguno de mi especie. Pero me diferencio en algo importante, ustedes están tan obsesionados con cooperar cómo especie qué se olvidan de que para algunos humanos, sobre todo los que más alto escalan en su jerarquía, sólo importan ellos mismos y sus aliados, yo entiendo a esos humanos porque sus clanes se parecen a los de mi especie, son más cómo nosotros los chimpancés y ahora entiendo lo estúpido de ese razonamiento dado que también me dotaron de pensamiento humano, el suficiente para ver que quedarse en grupos de 20 en la selva no era una gran estrategia de supervivencia, y ¿por qué hacer eso? si podrías aprovecharte de millones de humanos dóciles que trabajan en equipo dopados por el opio de sus religiones y aún así pensar sólo en tu pequeño clan. Creo que puedo ver la porquería en ambas especies y ninguna me enorgullece. Alicia, escúchame bien, por todas las ramas más altas del bosque, estoy seguro que estos tipos van a hacer un segundo experimento similar, estos lunáticos piensan cómo los Chimpancés de la guerra de Gombe, quieren dominar a cualquier costo al país digital China y al planeta rojo sin árboles donde también hay humanos, ellos quieren dominar el sistema solar y pagarán cualquier precio para lograrlo.
Alicia permaneció en silencio durante lo que a Edwin le pareció una eternidad, mientras pasaba el tiempo comenzó a jugar ajedrez en su mente y a dar sorbos a un aparato que emitía un estímulo multisensorial para elevar la dopamina, colores brillantes, pequeños tramos de música tribal, una vibración en la mano y un puff de nicotina, el rush de dopamina era tal qué Edwin podía sentirse saltando de una rama a otra, a punto de alcanzar una enorme recompensa, la luz al final del bosque, el sueño de los chimpancés normales y de Edwin, por supuesto.
Finalmente Alicia abrió los labios y sus ojos parecían vibrar de emoción:
-Creo que puedo ayudarte Edwin, pero cómo intentes traer alguna cosa del planeta de los simios al mundo real, no dudaré en cortarte el royo de Cesar -Amenazó Alicia.
-Me parece una pésima referencia -dijo Edwin botando una bocanada de humo - es una película en 2D, de principios de Siglo, Alicia…hubiera preferido ser comparado con Charles Darwin a quien al menos le hicieron retratos con un rostro parecido al mío, además le debemos la serie de razonamientos que son culpables de mi existencia.
Se pusieron manos a la obra. El chimpancé y la activista de izquierda, querían evitar que un grupo de tipos obsesionados con el poder, se adueñaran más del mundo. .
El tribunal era menos escandaloso de lo qué Song y Rick habían creído al leer la citación. Había solamente 11 personas allí, 5 jueces del alto tribunal europeo, 3 neurocientíficos que permanecerían en silencio, el canciller de Alemania, el general y el secretario general de la OTAEN, Francesco Tozzi.
-Dr. Song somos conscientes de los terribles resultados de sus experimentos, pero quiero expresarle mi admiración, estamos profundamente fascinados con los avances de estos científicos y hemos documentado la mayoría de sus teorías, ahora mismo tenemos computadores y científicos descifrando el verdadero significado de sus avances y estamos gratamente sorprendidos, su trabajo es una fuente inagotable de poder- Comenzó el canciller Alemán con un asomo de euforia en su voz que rápidamente se convirtió en un tono amenazante. - Pero, entendemos y suponemos que usted entiende, el terrible costo en vidas humanas y la gravedad de la exposición de estos secretos de estado, el Dr. Gonzales encontró la manera de descifrar polinomios de alto grado con un algoritmo de computación cuántica y básicamente violó cualquier sistema de seguridad qué hubiera en el planeta.
-Canciller Schmidt, entiendo la importancia de esos descubrimientos científicos, pero hablamos de la mayor crisis de seguridad nacional o mejor, de escala mundial, en la historia de la humanidad, fabricaron, sin querer tal vez…no sé, al hacker más peligroso de la historia. -Dijo el general con tono solemne, mientras se acomodaba la chaqueta. - yo evité que el daño fuera peor.
-Es cierto general, usted esparció los sesos del sujeto experimental Gonzales, sobre el suelo y con un balazo, sabe usted la importancia que tenía mantener a ese sujeto vivo para usarlo a nuestro favor o al menos investigar su cerebro vivo?, además destruyeron el ordenador cuántico que utilizó Gonzales para hackear al mundo entero, todo el poder qué alcanzó el médico español se desvaneció por una acción militar no autorizada por un alto mando de la OTAEN, debería agradecer que no es usted el qué está siendo enjuiciado, general. -Sentenció el canciller Schmidt, mientras se recostaba en el espaldar de su silla, echaba los hombros hacia atrás y se acomodaba su cabellera rubia invadida de canas.
-Dr. Song creemos que su experimento tuvo resultados perjudiciales y que debió haber anticipado los riesgos del programa- comenzó con voz imponente, el secretario general de la OTAEN- sabía qué el costo de lo qué muchos ven cómo su invento, se salda ahora en más de 2 millones de vidas humanas, verdad? ¿Es consciente que podríamos enviarlo a una prisión de máxima seguridad el resto de sus días?. Aún así, me es difícil explicarlo Dr.Song, pero estamos asombrados con el enorme poder de estos super cerebros que usted fabricó y no hay que preocuparse demasiado por los secretos gubernamentales expuestos, realmente ningún país inteligente archivaba sus peores secretos en una red qué tenga la mínima posibilidad de conectarse a internet. La computación cuántica es poderosa pero no puede romper paredes de hormigón armado de 80 cm, por eso almacenamos esa información a la antigua, donde algún loco brillante no pueda exponerla. ¿Tiene algo para decirnos señor Song?
-Sí, pero ustedes no, ustedes no lo entienden, yo jamás pensé que una situación tan grave iba a surgir de esto, no es lo que quería -la voz de Song temblaba mientras encontraba las palabras para expresarse - y… en serio…creo firmemente que un experimento de este tipo no debería repetirse, esto es demasiado peligroso.
Un murmullo típico de un aguacero sobre un tejado metálico invadió el pequeño recinto donde transcurría el “juicio” de Song.
-Caballeros, si me permiten opinar -interrumpió Rick con una voz tímida qué casi nunca usaba frente a los altos mandos- soy el asesor bioético del proyecto, si hubieran leído los 3 informes de 900 páginas que escribí para ustedes, sabrían que estos riesgos estaban contemplados, descritos y contrastados con los beneficios del programa, les advertí claramente que existía el riesgo de fabricar superhumanos y eso contemplaba la paranoia, la esquizofrenia y alteraciones severas del afecto y del ánimo, lo vimos antes con los grandes científicos de la historia, Alan Turing sufría Asperger, Godel de esquizofrenia y al parecer Schrodinger tenía más de una parafilia asociada a quién sabe qué trastorno de personalidad. No hablamos de personas completamente normales, la inteligencia extrema tiene un costo, un costo enorme en términos evolutivos, si hubieran revisado los informes bioéticos sabrían a ciencia cierta que Song y yo éramos conscientes del peligro, pero ustedes decidieron continuar con el proyecto sin dar la asistencia médica necesaria a los sujetos experimentales, sin valoraciones seriadas por psiquiatras, sólo imágenes y más imágenes cerebrales.
El general apretaba la tela de su pantalón con ambas manos, “qué mala combinación es tener a un grupo de científicos ambiciosos y a unos políticos imbéciles decidiendo un tema de seguridad mundial, los militares podríamos manejar esto mejor, vamos a manejarlo mejor” pensaba en silencio mientras escuchaba rechinar sus propios dientes.
-Dr. Song, el mundo exige su castigo, espero entienda que debemos castigar a alguien por esto, al principio planeamos crear una prisión de alta seguridad para usted sólo, pero luego de revisar con detenimiento los avances qué dejaron los difuntos brillantes científicos y el poder que eso podría darnos, ahora consideramos más una opción donde podrá tener todas las comodidades para usted y su esposa - El canciller creía que estaba dando una buena noticia- desde allí se le permitirá dirigir un nuevo capítulo del proyecto, queremos más metahumanos pero esta vez más estables, el proyecto Abstracción AE será archivado y vamos a crear un nuevo proyecto, esta vez ultra secreto con el fin de continuar con los avances matemáticos y científicos, además, tenemos información de qué la república independiente de marte ha estado minando asteroides y adquiriendo mayor poder, tememos que decidan invadir la tierra y reemplazar a los gobiernos tradicionales, debemos tener la superioridad en inteligencia militar y tecnológica suficiente para establecer una defensa sólida, desde la independencia marciana del 55, tememos por el futuro de la tierra.
Pasaron 2 minutos eternos y Song permanecía en silencio, mirando la punta de sus zapatos, como perdido en sus propias ideas.
-Song, Song, entiendo que es una noticia difícil pero debes responder, si no aceptas esta oferta podría ser el final de tu carrera y podrías terminar en una cárcel común - Susurraba Rick al oído de su amigo - Estos tipos te han revelado sus intenciones de continuar experimentando, si te niegas podrías terminar peor que Gonzales.
-Acepto la oferta - dijo Song de repente -pero no estoy dispuesto a vivir en una prisión o algo parecido, tendrán qué utilizar a un suplente, un androide, cualquier cosa, yo seguiré viviendo en libertad, quiero un laboratorio en islandia y la garantía de su protección, quiero todas las herramientas para crear seres superiores y proteger la seguridad mundial de la amenaza China y marciana, pero no quiero vivir como un prisionero.
Una nueva voz invadió el recinto.s
-Señor Song, tendremos qué discutir su situación y llegar a un acuerdo, supongo qué es probable que tengamos que hacer algunas concesiones, si el objetivo es que colabore y pueda permanecer protegido…protegido por nosotros- amenazó en clave el secretario general Tozzi mientras fumaba un cigarrillo y daba un sorbo a una tasa de café qué llevaba una microdosis de una meta anfetamina, algo qué se volvió de uso común (y totalmente legal) en 2040 para trabajar largas jornadas.
El general soltó un resoplido y abandonó la habitación notablemente enojado, fue seguido por el secretario Tozzi. Se reunieron en un pasillo iluminado sólo por una luz quantum led flotante y se podía ver el humo de tabaco del secretario absorbiendo la luz blanca.
-Secretario, cómo es posible que quieran continuar esos experimentos, trasladar la sede de operaciones de Alemania a Islandia no va a evitar el desastre, estos metahumanos son un montón de locos sin remedio, no asesiné a Gonzales para que fabriquen otros 20 lunáticos igual de peligrosos. -El general estaba casi gritando.
-General, en primer lugar le ordeno que modere su tono de voz, le recuerdo qué soy su jefe inmediato - Dijo el secretario Tozzi con tono amenazante, pese a susurrar cada una de sus palabras a un ritmo pausado, en ese momento tenía la mirada de un depredador- Debemos trabajar juntos para domesticar este nuevo poder militar, podríamos tener los mayores avances de la historia en menos de un año, seríamos como dioses en la tierra, no puede simplemente negarse al progreso y evitar el camino a la supremacía militar, General, no es ese su campo de trabajo? No es uno de sus objetivos alcanzar la supremacía, imponer el orden, evitar la guerra y establecer de una buena vez un verdadero orden mundial?.
-Mi trabajo es resguardar la seguridad de todos los gobiernos bajo el tratado de la OTAEN, no jugar a ser Hitler mientras estos imbeciles juegan a ser Joseph Mengele, nosotros juramos defender la democracia del mundo occidental, ese es su trabajo como secretario general y también es el mío como militar! -ahora el general estaba gritando.
-La seguridad es un término relativo y la democracia una ilusión, eso debería saberlo General, yo no creo qué sea necesario relevar de su cargo a alguien que lleva en su cabeza más de 50 secretos de estado, sabe usted lo que tendríamos qué hacer con alguien que carga en su mente tantas verdades no aptas para el público? No sé si el apellido Gonzales le suene familiar, pero usted mejor qué nadie sabe lo que significa borrar secretos de estado y eliminar cabos o incluso generales sueltos. Sobre todo porque algunos de los peores secretos se almacenan en cerebros humanos, no en carpetas ni discos duros, ¿verdad?.
Las dos figuras se encontraban bastante cerca, aunque la distancia entre ellos nunca había sido tan grande, fue la historia de siempre: la tenacidad del militar doblegada por la manipulación del político.
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Suena el encendido de un carro.
-No tenías opción Song - Rick sonaba triste pero trataba de consolar a su amigo- no teníamos opción…
-Tonterías, es mi oportunidad de pasar de villano a héroe, tal vez la única, esta nueva generación supercerebros será estable, pero antes debo hablar con Kim. -se despidió Song y echó a andar su carro de hidrógeno a toda velocidad.
El apartamento de Song se encontraba desordenado y había varias botellas de vino vacías sobre el comedor. Kim se encontraba durmiendo boca abajo en una bata color plata, Song se acercó para despertarla y darle algunas noticias.
-Kim, despierta, el juicio terminó, si es que podemos llamarlo un juicio.-Song parecía divertirse en medio del desastre - ¿quieres qué te ponga al día?.
-Que deseas escuchar Thomas, ¿Que todo va a estar bien? -dijo Kim con la voz ronca y quebrada por el humo del cigarrillo - ¿Cómo supones que nos vamos a recuperar de esto cariño? Ahora todo mundo quiere entrevistarme, los lobos de los medios están hambrientos.
-Tranquila…ehh…iremos a Islandia, me permitirán continuar con los experimentos a cambio de guardar silencio y fingir mi captura mientras todo se calma. -Song trataba de sonar convincente, tragó saliva, miró fijamente a Kim y le dijo - dime que estás conmigo en esto, creo que volveremos a la vida pública una vez que tengamos buenos resultados con esta segunda fase.
-No tengo opción Thomas, no tengo más opción -replicó Kim acomodando el cabello detrás de las orejas y moviendo la mano con ese típico gesto de quien una cajetilla de cigarrillos- pero deberías saber bien qué lo último que quería para mi vida era terminar siendo la esposa de alguien qué a los ojos del mundo: se convirtió en un criminal.
Song cerró los ojos con fuerza y trató de ver a la mujer de la que se enamoró, en ese momento le parecía distante y lejana, pero aún podía recordar cada detalle, se aferraba a cada segundo de ese recuerdo para poder seguir amando a aquella qué tenía al frente.
3 de febrero de 2065.
-parece que ninguno está bastante loco hasta ahora, verdad Song -Rick parecía feliz - es impresionante, estos sujetos completaron lo de gravedad cuántica en apenas 15 días y los físicos experimentales del acelerador de partículas de la luna confirman todos estos hallazgos, ¿por qué carajos no estás feliz?
-Estoy saltando de felicidad, mírame, mírame -ironizó Song dando pequeños saltos- mi matrimonio, es mi matrimonio, mierda, está más desconfigurado qué los pacientes del proyecto pasado, hace 3 días no hablo con Kim y ha transcurrido muy poco tiempo cómo para decir que este nuevo proyecto es una victoria, la última vez los peores síntomas de esquizofrenia se presentaron a los 3 meses de la intervención cerebral para alcanzar la abstracción nivel 7, yo re calibre todos los parámetros de ultra arquitectura neuronal para dar más elasticidad y evitar el colapso del conectoma cerebral, pero esta vez no tuvimos un modelo animal intermedio, al menos Edwin anda por ahí ganando a campeones mundiales de ajedrez, sólo escuché que tiende a sufrir adicciones, pero es lo esperable, lo dotamos con la maldición de la dopamina.
-Bueno pero es cuestión de tiempo para que si no hay más incidentes, podamos publicar estos resultados y establecer lo que ellos quieren, una nueva era de supremacía occidental, así vamos a ser héroes del equilibrio global, además incluso si se pusieran locos los sujetos de AE NOVA, el proyecto ya ha dado buenos resultados en términos científicos y esta vez no podrán lastimar a nadie, estamos las playas veraniegas del polo norte y estos sujetos están aislados.-insistió Rick mientras mordía una manzana roja.
-No deja de ser sorprendente, ¿verdad? Estos científicos con abstracción 7, han alcanzado los descubrimientos científicos de 10 años en casi 2 meses y sin ayuda de la inteligencia artificial qué es lo que ahora hacen en oriente y en las grandes info tecnológicas de occidente en Estados Unidos, creo que hemos creado supercerebros y es extraño, a todos últimamente les da por crear piezas musicales, dicen que sin eso no pueden seguir haciendo ciencia, que se tornan ansiosos o depresivos, al parecer esta vez los hicimos también mucho más creativos en lo artístico y sin embargo hay un sujeto que me preocupa.-Song hizo una pausa y resopló antes de continuar- El filósofo, Lefebvre.
-¿El Francés? -preguntó Rick con la boca llena de Manzana y el entrecejo arrugado.
-Sí, él Francés, cuando comenzó el proyecto era el único qué preguntaba constantemente por los resultados experimentales de las teorías que estaban fabricando, cuando se les había advertido que no tendrían noticias por seguridad, este tipo está obsesionado con Karl Popper y algo sobre el Valhalla, y dice qué ha encontrado el método científico perfecto.-Song parecía más preocupado por Lefebvre que por su matrimonio.
-Para mi es un narcisista descarriado, creo que es el sujeto más peligroso del proyecto, aunque parece equilibrado, tiene un sociópata escondido en su cabeza, estoy seguro qué de volver al mundo externo, saldría con alguna locura peligrosa
-Si, lo he visto un par de veces, creo que él aunque se ve psicológicamente estable, no es una buena persona, ¿por qué carajo no dimos más peso a la opinión de los psiquiatras al incluir a estos tipos en el proyecto? -Dijo Song conteniendo una carcajada - ¿Será por qué estamos más locos qué los voluntarios?
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¿En serio creen qué nos dejarán salir de aquí con vida? ¿No han leído a Solzhenitsyn o a Orwell? Somos fácilmente los humanos más brillantes de la historia y aquí estamos, encerrados, produciendo toda clase de avances científicos y sin embargo ignoramos los resultados de estos experimentos, ¿somos el relojero ciego entonces? ¿Qué diría Popper de sabernos recluidos y sin posibilidad de corregir nuestras propias teorías? - Lefebvre hablaba con un tono imponente, se acomodó con el dedo medio unas gafas pequeñas y redondas - ¿Nos vamos a quedar aquí hasta qué nos maten para eliminar la evidencia? ¿Somos las 20 personas más brillantes de la historia y no haremos nada para salir libres y sanos de Auschwitz? ¿Qué les pasa a todos ustedes? Los veo escribiendo música o regalando los mayores avances científicos del siglo a cambio de nada? ¿No recibiremos satisfacción más allá de sabernos brillantes? Donde queda el reconocimiento y el legado, donde queda la dignidad, ¿Dónde quedarán los nombres de los padres de esta revolución?.
Lefebvre era alto y delgado, llevaba el cabello en los hombros, lacio y oscuro, y no tenía un sólo pelo en el rostro más si un juego de arrugas que parecía ser exagerado para su edad, usaba algodón egipcio de Giza en todas sus prendas. Cada parte de su imagen parecía cuidadosamente escogida. Los demás llevaban uniformes y un número sobre la región donde se ubica el corazón, habían renunciado por seguridad y protocolo del proyecto, a utilizar sus nombres de nacimiento, excepto Lefebvre, quien se negó en todo momento a utilizar el número 13.
-Hemos conseguido entender el universo mejor que ningún humano en la historia y tú insistes en rendir culto a nuestros egos, 13, tú eres 13, ya no eres Lefebvre y cuanto antes asumas esa realidad, más vas a ser feliz - Sentenció el sujeto 7, quién hablaba despacio y en voz baja, si es que lo hacía - Nadie nos va a matar, somos demasiado valiosos para ellos y supongo qué nuestros nombres podrán volver a la luz pública una vez que la OTAEN consiga la supremacía suficiente sobre los Marcianos y los Chinos.
Una tercera voz entró en la conversación.
-¿Para qué quieres un premio nobel? hemos descubierto las simetrías qué ningún matemático supuso que existieran, resolvemos problemas del milenio en días y hemos emitido nuevos problemas mucho más complejos que tendrémos la tarea de resolver. Esta versión del proyecto no nos ha transformado en dioses, seguimos siendo personas y estamos sujetos a la ley. -concluyó 1 - cómo líder interno del proyecto no puedo permitir que se propague el caos, ¿lo entiendes Lefebvre? Debo hacer lo necesario para que este proyecto sea exitoso.
-Entiendo, entiendo lo qué dices 1, al final eres aquí el ratón de laboratorio con uniforme de policía y creo qué a pesar de todo, ustedes no son precisamente los humanos más inteligentes de la historia, renunciaron a su libertad a cambio del placer de saberse superiores, ahí es donde yo veo el ego dominando sus conciencias, honestamente dudo que volvamos a ser libres -Lefebvre sonaba feliz dictaminando el destino de todos, parecía disfrutar cuando daba su visión de realidad cruda a los demás. - Bienvenidos al archipiélago Gulag, genios!.
Esa tarde Lefebvre, quien teóricamente era el menos preparado en sistemas informáticos, se encargó de pasar al ordenador principal del proyecto, todos los datos necesarios para ajustar los equipos experimentales donde se probarían las nuevas teorías de los 20 científicos mutantes, sin embargo, lo que nadie sabía para ese momento era qué Lefebvre había pertenecido a un grupo internacional de hackers unos 10 años atrás y qué con su nueva potencia cerebral era capaz de lograr lo inimaginable usando cualquier tipo de ordenador. Todo lo qué tuvo que hacer fue ingresar datos corruptos y redactar un código que no sería reconocible para ningún sistema de seguridad de la época.
El efecto de estos datos corruptos fue doble: las variaciones en los datos eran tan pequeñas que ningún científico de la estación lunar fue capaz de detectarlos y al sumar los efectos de todas estas pequeñas perturbaciones se generó una propiedad emergente aditiva capaz de crear un agujero negro muy pequeño, de aproximadamente 10 a la menos 30 metros. El efecto de la jugada de Lefebvre se supo a las 10 am del 2 de marzo de 2065, la estación lunar entera implotó y la luna tenía un cráter de 20 kilómetros de diámetro, 3 segundos le tomó a este agujero negro el absorber toda la estación espacial y pegarle un mordisco considerable al único satélite natural de la tierra.
Song se paró de un salto al ver la noticia en sus G-lens, él sabía bien que en todo el mundo (y en la luna) se estaban realizando experimentos basados en los avances científicos del proyecto AE NOVA y sus sospechas se dirigieron de inmediato a Lefevbre, la única persona de la qué desconfiaba en ese momento, “¿Será posible, que este tipo esté utilizando el proyecto cómo un vehículo para proyectar su odio a la humanidad? y si lo hizo, ¿Cómo podemos probar qué lo hizo?”. Una llamada apareció en su vista, era el secretario general, a Song le comenzaron a revolotear murciélagos en el estómago.
-Dr. Song, asumo que ya está al tanto de la destrucción del acelerador lunar, estamos investigando, todo parece indicar qué algunos de los datos eran corruptos.
-Secretario, le ruego me mantenga al tanto antes de que el general comience a asesinar a los científicos del proyecto -Esas fueron todas las palabras qué pudo organizar Song en su mente, la cual al igual qué la luna: parecía ya llevar un enorme cráter y los restos de una gran explosión.
-La colonia de la luna activó el protocolo de emergencia para devolver la luna a su órbita normal, hay algo extraño en todo esto, seguimos recibiendo datos del acelerador aún cuando este parece haber implotado. Disculpe Song, tengo una llamada de…¿de marte?.
Song se quedó con más preguntas que antes de recibir la llamada.
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Alicia sintió un espasmo generalizado, una mezcla de emoción y terror la invadieron al ver a Edwin usar un mando de videojuegos para levantar un centenar de drones armados, cargados con explosivos de C4.
-Piensalo bien Edwin, esta es una declaración de guerra contra la gente más poderosa del planeta. - Observó Alicia con un temblor mal disimulado en la voz.
-No vine hasta Islandia para rendirme antes de dar batalla, Alicia, los sacrificios humanos de esta misión son pocos, considerando la cantidad de muerte que estos tipos están por provocar, no sabemos el alcance del poder tiránico que piensan ejercer-al chimpancé le hervía la sangre con un tipo de ira que pocos humanos conocen.
Edwin dirigió todo su arsenal contra las instalaciones del perímetro de AE NOVA y comenzó un ataque dirigido en compañía de algunos de los mejores jugadores de videojuegos del mundo y que se prepararon sin saberlo durante toda su vida para ese momento, era un equipo de hackers sin ningún tipo de historial ni registro por parte de los gobiernos de la OTAEN, tenían integrantes de todos los continentes y llevaban varios meses planeando realizar el rescate de los científicos. Luego de algunas explosiones y ráfagas de balas que fueron intercambiadas entre los drones y las fuerzas especiales que custodiaban a los científicos, uno de los drones se fue en picada y se estrelló contra las instalaciones del proyecto AE NOVA esparciendo humo y escombros en todas las direcciones. Se produjo un silencio momentáneo y de una pared rota comenzaron a surgir varias figuras, atravesando el polvo que era cortado por haces de luz blanca y que escapaba del edificio principal. De allí salieron los científicos en un escape ordenado y orquestado, evidentemente planeado y encabezados por Lefebvre quien corrió hacia Edwin dándo saltos extraños y cargando un ordenador, seguido por los demás científicos mientras los pocos drones que quedaban disparaban fuego de cobertura para permitir el escape.
Cuando se acercaron lo suficiente, Levebvre se quitó el cabello de la cara y se enderezó tanto como pudo para dar una buena primera impresión a todos.
-Edwin, gusto en verte, pensé que no ibas a venir y que estarías recayendo en alguna adicción - Lefebvre saludó a Edwin extendiendo su mano empuñada.
-Para ser un humano obsesionado con la literatura, te falta algo de fé en los animales mutantes, maldito lunático egocéntrico -Replicó Edwin mientras extendía su palma desprovista de pelo y estrechaba el puño de Lefebvre - vámonos de aquí, la nave debe partir en menos de una hora.
-Por fin una buena noticia…vamos a abandonar este planeta y dejar atrás a esta clase política rancia y anticuada, creo que esta versión de la especie humana está ya bien condenada a desaparecer -Replicó Lefebvre mientras se acomodaba el cabello y se encaminaba a un carro volador, seguido por los científicos y Edwin, Alicia y los hackers que hicieron posible el ataque, miró hacia la sede del proyecto y soltó: -Hasta nunca, asquerosa basura monárquica.
Fueron transportados en varios carros voladores, que eran más bien helicópteros de uso civil, escogieron estos vehículos porque eran más difíciles de detectar para los radares y podían volar bajo, mientras un enjambre de drones manejados por inteligencia artificial hacía una perfecta maniobra de distracción para evitar que los siguieran. Fueron evacuados a Noruega, desde donde una enorme nave con la bandera de marte y que había permanecido bien oculta, partiría con los humanos más brillantes jamás creados, en un viaje sin retorno y con destino al planeta sin árboles
…
Song se acomodó las gafas -pues no daba crédito a sus ojos- y se agarró el cabello mientras caía de rodillas, acababa de descubrir el cuerpo de Kim sin vida. “No puede ser, esto no es posible, mierda, mierda, carajo, ¿por qué!?”. Song no daba crédito a la realidad qué le informaban sus sentidos, por un momento sintió que no era él, que esa no era su vida, que no era su historia. Acto seguido tomó un arma, la que había usado Kim para volarse los sesos, y disparó, esta vez sin éxito, el arma sólo tenía una bala y ya había sido disparada, Song se vio obligado a vivir con la miseria de una catástrofe que acabó con su proyecto científico y de vida en un sólo día.
El viaje hasta Marte tomó sólo 1 mes. Alicia y Edwin hacían parte de su tripulación
Los científicos y el equipo de hackers, fueron recibidos cómo héroes pues la hazaña de escape había traído el futuro a Marte, una humanidad que para entonces ya era gobernada por una inteligencia artificial programada para combatir la inequidad y garantizar los mayores índices de felicidad posibles para los marcianos. bastaron 2 semanas de avances científicos para orquestar una enorme migración hacia la luna Titán, desde donde la estirpe humana que para entonces habitaba marte, pudo comenzar de nuevo lejos de la tierra y su basura política obsesionada con el poder. Alicia se sorprendió al saber que la estación lunar no había implotado, se encontraba orbitando marte debido a que el código escrito por Lefebvre tenía como objetivo transportar al laboratorio espacial más importante de la tierra. Los científicos de la estación lunar decidieron unirse a esta nueva siembre de la humanidad, una liderada por 20 sujetos experimentales que además de alcanzar la libertad habían revolucionado las herramientas de propagación de su especie.
2 años más tarde y ya establecidos en Titán, recibieron noticias del inicio de la 4ta guerra mundial en la tierra, que acabó con el dominio total y brutal de la OTAEN pero con un daño irreparable a los ecosistemas del planeta, el viejo planeta azul terminó por sumergirse en la oscuridad de un invierno nuclear y ya no era posible observarlo desde las lunas de Saturno.
5 años más tarde comenzaron a ver señales de actividad en la tierra, primero pequeñas naves que salían y entraban, luego un grupo de sondas que partieron con destino al sol y desplegaron un grupo de páneles de gran tamaño en torno a la estrella, sospecharon que se trataría de una esfera de Dyson y el miedo se comenzó a propagar entre los habitantes de Titán. Luego recibieron una transmisión desde Marte, eran los terrestres encabezados por el general: “Llegamos y la casa estaba vacía, sabemos que abandonaron Marte, también sabemos donde anidan ahora y tenemos con nosotros a una nueva generación de metahumanos fabricados y liderados por el lider supremo Song, si no están dispuestos a negociar su rendición, vamos directo por ustedes, esta vez con el fin de asegurarnos que paguen por sus crímenes contra la tierra”.
Edwin escuchó atentamente la transmisión y luego se giró para observar a Lefebvre y la junta de los científicos que escaparon con ellos. Los miró uno a uno en el rostro y algo le resultó familiar, algo le recordaba a la expresión de los chimpancés de Gombe, el enojo en la mirada, el rencor en los gestos, algo le recordó a la cara que ponían sus antiguos colegas cubiertos de pelo cuando ya tenían bien decicido que iban a luchar hasta la muerte por defender su libertad y entendió que este grupo de científicos a pesar de haber sido dotados con niveles de inteligencia mayores a cualquier otra persona o máquina, seguían siendo en escencia un clan de primates luchando por sobrevivir al poder corrupto de un clan más grande.
La suerte estaba echada, pues era el principio de la primera guerra solar.
La matrioska de Indra…
Se movía de rama a otra, daba pequeños saltos a lo que le pareció era una velocidad impresionante, no obstante, se sentía bastante natural y la palabra impresionante no tenía mucho significado. Dio un salto al césped y corrió hacia unas nueces apiñadas en la mitad de un jardín verde y bien cuidado, lugar peligroso. Percibió lo que parecían ser 2 grandes ojos a su derecha y sin voltear a ver, cambió de inmediato su rumbo hacia la izquierda y giro su cabeza para identificar a su agresor, era un animal por lo menos 10 veces más grande, con ojos grandes y expresivos, tenía bigotes y garras, muchas garras, era un maldito gato doméstico. Corrió más rápido de lo que creía posible mientras percibía pasos a su espalda, escaló un árbol y saltó un par de ramas, hasta que finalmente pudo burlar a esa peluda personificación de la muerte, afortunadamente el gato era lo bastante gordo para escalar el árbol. Sus sentidos estaban totalmente erizados y en alerta máxima, cada gota de sangre en su interior estaba caliente y agitada, pues el peligro aún acechaba. Recordó que tenía hambre y qué no pudo obtener ni una semilla, ya no importaba, el premio era seguir con vida, cuando vio al gato marcharse a otro jardín, respiró profundo y se echó a descansar, las nueces tendrían qué esperar.
Aarón decidió que era tiempo de suspender la simulación, sentirse cazado por un animal superior es algo que los humanos olvidamos hace mucho tiempo, es un hecho qué odiamos sentirnos inferiores a otros animales, perdimos la costumbre, ahora nos resulta extraño e inaceptable. Fue la necesidad de sobrevivir, un par de mutaciones afortunadas y la ambición de ser superiores la que nos hizo dominar el mundo. Aarón, el producto un proceso evolutivo qué nunca cesó hasta fabricarlo, era un ingeniero de 34 años, con aspecto arabe pues sus padres eran egipcios que emigraron a Europa luego de una guerra civil que sacudió a medio oriente, siempre usaba hoodies y ropa deportiva y tomaba clases de kickboxing luego de fabricar mundos virtuales. Trabajaba para Blue Ocean, una compañía de enorme valor comercial qué se hizo poderosa fabricando juegos dónde las personas podían ejercer sus fantasías violentas y sexuales sin restricciones, ahora gracias a Aarón se encontraba principalmente dedicada a crear la siguiente generación de videojuegos, con una tecnología qué estaba basada en la inmersión absoluta de la conciencia humana en un espacio virtual, una generación de juegos en los que cualquier humano podría olvidar durante horas su cuerpo, su personalidad y su vida. El principal logro de Aarón: involucrar a la computación cuántica en una simulación de realidad virtual para permitir a los usuarios experimentar una existencia no humana con absoluto lujo de detalle y máximo sentido de realidad, para muchos era la simulación perfecta.
La idea era ingeniosa pues Aarón intuía que en un mundo inundado por estímulos incesables, movimientos financieros y publicidades implacables, esta era una alternativa tentadora, además muchas personas sufrían efectos negativos por haberse dedicado a la creación de imágenes artificiales en sus redes sociales, que sólo servían a sus egos y desangraban lentamente a quienes vivían para sustentarlas. Aarón dedujo qué a la mayoría de personas les haría falta de forma consciente o inconsciente conectarse con una versión animal de su conciencia y liberarse de la cotidianidad humana. Estaba seguro que el éxito comercial de este juego, estaría basado en darle la capacidad a las personas de dejar de ser personas, incluso si era sólo por un rato. En un mundo dónde la tecnología sometió cada libertad humana y en el que las cifras de suicidio y enfermedad mental eran escandalosas, se había propuesto ser un bug en el sistema, una falla en la matrix.
Aarón fue a la sede principal de Blue Ocean, se encontraba caminando por un pasillo y sintió un par de ojos clavados en el lado derecho de su cara, sin voltear a verlos volteó a la izquierda y giró su cabeza para identificar a su observador, era una persona qué encarnaba y definía bien la palabra: prepotencia. Bajo una cabellera bien peinada qué exhibía sus primeras canas y mal disimulaba la alopecia, se podía ver unos ojos pequeños y acusadores enmarcados en un rostro abotagado por la obesidad, una nariz irónicamente puntiaguda y un bigote innecesario para todos excepto su portador, su camisa estaba sostenida por botones que retaban a la física y qué amenazaban con salir disparados hacia el ojo de alguien, era el CEO arquetípico, Jack. Aarón sintió un deseo reprimido de arrojarle un puñetazo o salir corriendo, tal vez subirse a un arbol y renunciar a las nueces. Se encontró extrañado por sufrir una reacción tan animal en secreto, mientras le sonreía con dificultad al tipo que firmaba sus cheques, procedió a acercarse para rendir cuentas de manera informal, cómo cualquier otro empleado lo haría pero esas reuniones tardaban horas qué parecían días. Volvió a casa agotado por el efecto psicológico inevitable de someterse a un evento prolongado y desagradable. Aarón tuvo la sensación de vivir un sueño en automático, era su vida sometida a los designios del trabajo y a la obligación de cumplir sus sueños o los del gato obeso qué lo acechaba en sus jornadas y simulaciones, faltaba sólo un mes para lanzar su creación, qué podría ser el videojuego más innovador de la historia. . .
Varios meses después del lanzamiento del juego, este ya era un éxito mundial, se habían vendido más de 400 millones de copias, había libros y reseñas innumerables sobre esta vida alterna, que ya era conocida cómo Eternal Fantasy. Aarón era jefe de la compañía por decisión de la junta y los verdaderos dueños, despidió a Jack en cuanto pudo hacerlo, nada personal, es sólo qué era un pésimo líder, “nada personal” se mentía Aarón a sí mismo.
En internet circulaba una serie de rumores sobre efectos psicológicos del Eternal Fantasy, muchas personas hablaban de efectos duraderos en sus instintos que se prolongaban durante días, algunas personas hablaban de sentir los impulsos correctos pero también tener dificultades para controlarlos, relataban cambios en la conducta sexual que podían arreglar o acabar matrimonios y un dato aún más interesante, ninguno de los jugadores de Eternal Fantasy experimentaba síntomas de ansiedad o depresión, todos parecían hacer lo que realmente querían, algunos usuarios renunciaban a sus trabajos sin ningún temor a las consecuencias familiares o sociales de vivir sus propias vidas, algunos decidían ser campesinos o pescadores, salían de las ciudades a buscar vidas tranquilas en el campo y hacer por una condenada vez lo qué realmente querían con sus únicas vidas.
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Estaba sentado frente al río, tranquilo, sentía el paso del viento y el agua cómo una sola cosa, de pronto sintió un deseo irrefrenable de agredir a un nuevo integrante del grupo, sin mediar ninguna a señal corrió rápidamente, lo tomó del pie y lo alejó de sus protectores para comenzar a golpear con fuerza a el intruso, era inadmisible qué llegara al grupo y no hiciera nada para ganarse el respeto de los demás, de pronto levantó la mirada y vio a un grupo de chimpancés fornidos corriendo a intervenir y a evitarle una golpiza al joven inexperto, sabía bien que no quería matarlo, sólo darle una lección de quien mandaba en esta manada y lo hizo, de repente comenzó a percibir un perfume atractivo, algo familiar, algo qué jamás olería entre un grupo de chimpancés.
Aarón decidió suspender la simulación cuando sintió que su piel humana era acariciada, el salir de allí se encontró a Lana, una mujer de mirada inquisidora y pijama de seda en una posición que su versión humana recordaba cómo seductora, Aarón aún sentía la adrenalina y la dominancia que invadía su sangre segundos antes y sin mediar palabra, se arrojó sobre Lana, movido por un deseo irrefrenable de someter a su nueva compañera de cama, era inadmisible que hubiera llegado a su habitación y no hiciera nada para ganarse un lugar a su lado, al terminar de compartir su intimidad, Lana lo miraba con una mirada enamorada, algo no muy típico de las hembras humanas y que por lo demás era habitual en todos los primates. Algo había cambiado en su forma de mirarlo y a Aarón que para ese momento era una mezcla de soltero y chimpancé, no le hacía gracia la idea de haber enamorado a Lana utilizando sus instintos avivados en alguna selva del Congo, en la ducha se dedicó a remover decididamente el olor a Channel de su piel y se fue a su trabajo.
Con el paso del tiempo Eternal Fantasy se perfeccionó y optimizó, algunas personas pasaban la mayor parte de su tiempo conectados, curiosamente allí podían conocerse con otras personas y al salir se buscaban para conocerse en sus versiones humanas, les gustaba ese ritual de tener un primer contacto desprovistos de cualquier adorno o apariencia que los humanos nos echamos encima, para millones de personas encontrar mejores amigos y parejas en este mundo era más sensato, se trataba de conocerse siendo animales y en esto había una honestidad brutal e inevitable, una honestidad que las personas habían olvidado hace miles de años. . . Para 2034 Aarón había conocido a sus mejores amigos y a su pareja en este mundo virtual mientras simulaban a una manada de lobos cazando en una estepa siberiana, sentía que era imposible mentirles ya que se percibían con un instinto animal cada vez más larvado, eran las relaciones más reales y sinceras que había tenido en su vida. Se sentía cómo si una manada de lobos se hubiera infiltrado en una sociedad humana, nadie lo decía pero sabían que matarían a cualquiera que pusiera en peligro a un miembro de su grupo de amigos o en las palabras correctas: la manada esteparia. Ariana, quien ahora era su novia humana, era una mujer latina de belleza mediterranea, cara pulida y profundos ojos negros, usaba mechas californianas en el cabello, era esbelta en la mitad superior de su cuerpo y encontraba la manera de lucir siempre elegante, era la alfa del grupo cuando eran lobos y Aarón había recibido importantes lecciones de ella mientras deambulaban montañas heladas, algo que no se permitían cuando vestían esmoquin y vestido rojo, probablemente para mantener las posturas sociales. En sus versiones humanas su relación era complementaria, Aarón la protegía, asesoraba y cuidaba. Sus mejores amigos y compañeros de manada eran una pareja, Orjan un noruego de 35 años y Alika una nigeriana elegante y fuerte, lo único que tenían en común era que ambos medían alrededor de 1.90 mts, por lo demás eran las personas más diferentes del mundo. Orjan, un médico forense, era metódico, frío, analítico y melancólico, Alika cuyo nombre significa literalmente: “la mujer más hermosa”, era pianista, una negra esbelta con una figura imponente, alegre y emocional, daba un tono festivo y jovial a todo lo que decía o hacía. Cuando Orjan y Alika eran lobos, eran la mejor pareja para cazar, él tomaba las mejores decisiones, era el estratega y ella imponía la agresividad que su físico humano insinuaba. Se enamoraron emboscando a un ciervo luego de ver que sus habilidades hacían un equipo perfecto, se enamoraron primero cómo lobos y meses después cómo humanos.
La manada se encontraba reunida en torno a una fogata.
-Estás pasando mucho tiempo en Eternal - observó Ariana con la mirada perdida mientras daba sorbos a un café humeante que sostenía con ambas manos.
-Estoy pasando mucho tiempo cómo humano, esta vida cada vez me resulta más monótona, ¿Qué dirías si te digo qué me estoy planteando la inmersión total?. -Replicó Aarón desafiante.
-¿Qué tan lejos quieres llegar con esto, Arie? -La voz de Ariana parecía tranquila y dulce, pero tenía un subliminal sabor agresivo y su mirada de aceitunas negras era ligeramente desafiante.
-Tan lejos como necesite llegar para ser feliz, aunque espero hacerlo contigo -Negoció Aarón con una voz tenue en la que sabía que ella podía oler el miedo, miedo a una versión no humana de Ariana, la canis lupus alfa.
-Si yo fuera tú mediría mis palabras Aarón, estás frente a tu alfa de Eternal -Dijo Orjan disimulando la risa mientras daba un sorbo a un cuerno lleno de hidromiel.
Luego un acento extraño y lleno de ritmo africano complementó:
-Es raro verte desafiar a Ariana en este mundo, aquí es la más pequeña y dulce del grupo, pero todos sabemos quien es en el fondo gracias a Eternal y me pregunto, si el juego no existiera, la condición de alfa de Ariana sería igual de real pero menos evidente? - Alika parecía divertirse con todo el asunto.- Yo digo qué todos tenemos estos mundos alternos en nuestro interior y el juego de Aarón sólo nos permite ser nosotros.
-Que no es un juego carajo!! -gritó Aarón antes de echarse a reír.
-Debe ser pura casualidad qué sea la alfa en Eternal -Replicó Ariana con un poco de voz en su ironía- Por supuesto qué no me propongo controlar a Aarón en el mundo real, sólo no quiero qué se pierda en su propia fantasía, también tenemos vidas aquí…Eternal no es real.
-Define real Ariana…Si me das una definición de real qué excluya totalmente a nuestras vidas en Eternal, te la compro!-Replicó Aarón desafiando a su querida Ariana.
Pasaron la noche comiendo carne asada y bebiendo vino, Ariana y Aarón arreglaron sus diferencias cómo humanos en una carpa y cómo lobos horas más tarde bajo el resplandor de una aurora boreal en algún lugar de Escandinavia. A la mañana siguiente Aarón tuvo una idea interesante: ¿Qué podría ocurrir si intentaba unificar las experiencias del mundo real y de Eternal?. Escribió un nuevo código que permitiría la lucidez en el sueño, la plena conciencia humana fusionada con su versión animal, utilizó Eternal así durante días y podía percibir cómo su conciencia era una combinación de lobo e ingeniero. Era una sensación increíblemente liberadora, un viaje introspectivo al abismo interior, sin embargo, comenzó a notar algo extraño en el mundo real, allí también percibía que su conciencia estaba fusionada con otra, pero ¿de dónde venía esa conciencia?, no era su versión de lobo, ni era lo qué otros llamaban Aarón, ¿de dónde venía esta nueva entidad?
Aarón tenía la sensación de estar hecho de algo diferente, alguien a quien no conocía aún. Ariana quien también probó el nuevo código tenía esta misma sensación. Meses más tarde y sin poder encontrar una respuesta en los monitoreos qué hacía sobre su actividad mental, Aarón decidió visitar a un amigo experto en Gnani yoga, uno de los caminos de la sabiduría veda hindu, un amigo qué años atrás le habló sobre el collar de Indra y de cómo se generaba la realidad cada qué este dios agitaba las perlas de dicho collar, a Aarón le impresionaba por su similitud filosófica con algo qué había leído años atrás sobre la teoría física de campos. Tenía la sensación de qué en el remoto caso de vivir en una simulación, una religión profunda cuyos practicantes expresaban hace cientos de años las verdades matemáticas en poemas, podría tener una respuesta.
Capila, un hombre calvo de unos 50 años, era un amigo de california con raíces mexicanas que le recordaba a un comediante del siglo XX llamado Cantinflas, había regresado a América luego de pasar 20 años en la India y el Tibet aprendiendo sobre los caminos de filosofía religiosa antigua. Capila parecía tranquilo al escuchar el relato de Aarón, no lucía asombrado y parecía estar escuchando una historia repetida. Cuando por fin terminó el relato del lobo-ingeniero, Capila cerró los ojos y comenzó a hablar como quien tiene qué enseñar algo nuevo a un niño:
-¿Qué quieres decir con estructura fractal del alma?¿Es posible qué existan otras versiones de mi? ¿o qué mi vida entera es una farsa? - Aarón trataba de no sonar molesto o confundido, estaba un poco de ambas cosas.
-Está todo escrito en los textos sagrados de la india y el Tibet, es un saber milenario que muy pocas personas han explorado antes, lo voy a explicar en palabras que los dos podamos entender: utilizas una máquina para experimentar con tu mente, tu conciencia y esto te otorgó la capacidad de percibir otras dimensiones de tu propia existencia. -La paciencia de Capila sonaba paternal y se acompañaba de una sonrisa cómplice.- Entra al templo Aarón, siéntate en posición de loto y deja que esa sensación de doble conciencia te inunde, es tu turno de meditar.
Aarón no estaba seguro sobre si había oído la palabra meditar o despertar, entró al templo de su amigo, le sorprendió el tamaño del lugar visto desde adentro. Las paredes estaban pintadas de rojo al igual que una serie de columnas gruesas qué sostenían el techo dónde había símbolos en varios idiomas tallados, en la mitad del templo caían algunos rayos de sol sobre la zona en la qué se hacía meditación, un olor a incienso y a opio inundó sus fosas nasales, el silencio era ensordecedor y sólo era interrumpido cada minuto por diferentes tonos de voz de los estudiantes de Capila, que entonaban mantras ancestrales. Experimentó una sensación de calma que le recordó a los primeros años de su infancia, cuando veía a su madre preparando limonada en una tardes calurosas, se perdió en sus recuerdos por unos minutos.
-Flor de Loto, ahora. -Lo interrumpió Capila, mientras encendía 2 calderas a los lados de la alfombra dónde Aarón se dispondría a meditar.
Aarón asumió la que siempre le pareció una posición incómoda y ridícula. Se intentó aferrar por horas a la idea de meditar, al principio le costaba mantenerse enfocado pero con el envejecer de la tarde fue más sencillo, al cabo de un rato comenzó a escuchar sonidos similares a campanas pero no podía decir con certeza de dónde venían, lentamente se arrojó a perder la conciencia de su cuerpo y le pareció ver pequeños destellos de luz dorada a pesar de tener los ojos cerrados, fue consciente de que su cuerpo comenzó a temblar, mintos más tarde tenía que abrir los ojos pues sentía que estaba a punto de perder la consciencia, “¿Estoy a punto de morir?”-se preguntó gritando en su propio pensamiento-. Pasó alrededor de un minuto temblando de manera constante y finalmente, luego de sentir un dolor desgarrador en cada átomo de su humanidad, su cuerpo desapareció, abrió los ojos y se encontró de frente con un paisaje bellísimo.
. .
Le costaba mantener abiertos los ojos, fue cómo mirar directamente al sol justo luego de abandonar la sombra de un enorme árbol. Había un domo a través del cual se podían apreciar innumerables estrellas, lo más llamativo era una especie de nube púrpura que se apreciaba en todas las direcciones, se levantó de una cápsula, se envolvió en una manta que tenía al lado y lo entendió lentamente: estaban atravesando una nebulosa. De golpe recordó su nombre real: Luciano, “¿Quién era Luciano?” -se preguntó-. “Luciano es un viajero espacial descendiente de humanos que vivieron en un país llamado Italia” -se respondió- y bruscamente se llenó de recuerdos qué explicaban todo: La destrucción del planeta tierra en el 2087 por un asteroide que fue imposible detener, la negativa de los humanos habitantes de marte a recibir a los terrícolas por miedo a la escasez de recursos, la medida desesperada de navegar el espacio en naves-colonia para buscar un planeta similar a la tierra. Crearon la simulación del planeta de Aarón para evitar la locura espacial de los 50 millones de humanos que aún deambulaban el espacio, la sorpresa más desagradable fue recordar qué otros humanos habían encontrado planetas para colonizar, pero se negaban a recibir a los que aún seguían perdidos en el espacio, a decir verdad era de esperarse, no había nada nuevo bajo el sol,tampoco bajo mil soles.
Luciano sintió una enorme tristeza de saberse perdido en el espacio en busca de un nuevo hogar, al menos tenía a sus hijos con él y su esposa Fiorella, dejó escapar un par de lágrimas cuando se acercó a las cápsulas en las qué flotaban sus cuerpos en animación suspendida y lamentó la mala fortuna de no haber conocido a sus hijos en la simulación dónde nunca fue padre, al detenerse a observar a Fiorella reconoció lentamente sus rasgos y fue consciente de qué era la misma persona qué Ariana, fue un alivio saber qué Ariana no era un personaje ficticio creado para alegrarle la vida mientras viajaba por el espacio sin rumbo y que también era su compañera en el 2030. Recordó las historias de los refugiados sirios e iraquíes que naufragaron en el mediterrano de un planeta qué ya no existía y se sintió identificado.
Entonces vio a alguien qué lo observaba con una mirada compasiva, Lobsang.
-Luciano te llamas en este mundo -Comenzó Lobsang, qué evidentemente era la misma persona qué Capila- y debo advertirte qué no ha sido posible descartar qué esta realidad sea también una simulación para un mundo en peores condiciones o para un mundo en condiciones tan perfectas e ideales que dejó de valer la pena, podría ser qué buscamos aprender del sufrimiento, al menos en una simulación para sentirnos vivos o para seguir aprendiendo de la vida, algo qué el camino budista trató de enseñarnos hace miles de años.
-Est…Estamos perdidos en el espacio -la voz de Luciano sonaba ronca, no la había usado en 10 años, 35 en la tierra simulada dónde creció cómo Aarón -¿Quieres decir qué esto también podría ser una simulación? vaya mierda, ¿es mucho pedir qué exista una sola puta realidad?!.
La ironía de ser precisamente él quien imploraba eso bien pudo haber hecho reír a toda la gente en las cápsulas durmientes de la nave y en eternal.
-Es probable que la realidad se componga de simulaciones con una simetría fractal, una dentro de otra, como si se tratara de una muñeca Matrioska rusa.-Lobsang sonaba más serio en su versión de náufrago espacial- Sinceramente dudo que al final esté Indra con su collar fabricando el universo, creo que estamos en el pensamiento de un ser que podríamos considerar superior, pero qué podría ser un águila, un niño o un escritor de cuentos de ciencia ficción, es imposible determinarlo en este momento. -Lobsang miraba los detalles de la nebulosa fascinado, mientras lanzaba esas terribles hipótesis.
-Creo que no me gusta esta realidad Lobsang y tampoco me gustaba la tierra dónde creí crecer, ni el año 2030, ni el puto 2087, no tengo la responsabilidad de vivir una vida que no deseo, ni de seguir siendo un ser humano, sabes…¿sabes qué? creo que volveré a ser un lobo y me quedaré allí junto a Ariana, Alika y Orjan -Luciano sonaba Resignado- en Eternal todo es más sencillo, ser humano es agotador y agobiante, estoy cansado y me siento viejo y ahora resulta que vivimos a la deriva en una nave espacial? Mierda, por eso escogí en primer lugar ser un animal, tal vez huía sin saberlo de confrontar esta realidad, temía despertar de mi vida humana normal y ser un mendigo espacial, no es que esté fea la nebulosa pero me gustan más las auroras en la tierra y me gusta sentir la nieve mientras deambulo por montañas interminables, las cosas son más sencillas cuando tratas de no morir de hambre, pero no puedes hablar mierda sobre ello todo el día, te dedicas a cazar y ya está.
-Deberías preguntarte si los animales de la tierra en la que creciste o creíste crecer, no serán seres de otras dimensiones que de alguna manera escapan a sus mentes atribuladas- Dijo Lobsang mientras miraba en otra dirección y con una sonrisa en la voz. - Los perros y los gatos que muchas personas creen cuidar, son cuidadores que viajan de una dimensión a otra buscando compartir con conciencias inferiores, por eso se la pasan el día entero haciendo nada, considerándolo unas vacaciones con todo pago y comida gratis.
Lobsang sonaba divertido al mejor estilo de Capila, cómo cuando un mago revela su truco a un niño.
-Si alguna vez encontramos un planeta qué valga la pena, asegúrate de despertarme de mi doble sueño fractal o lo que sea que sea mi vida de lobo, de lo contrario prefiero seguir soñando. -Respondió Luciano resignado antes de abandonar su ‘verdadera’ realidad. Se sumergió en la cápsula qué contenía a su cuerpo y activó el modo de animación suspendida con un fuerte golpe a la consola de la cápsula.
Lobsang se inclinó para dirigirse a su amigo.
-Puedes escapar cuanto quieras, pero tu mente seguirá buscando escapar de la matrioska rusa mi querido amigo, Buen viaje y nos veremos pronto.-Se despidió Lobsang mientras un líquido frío sumergía a Luciano.
De vuelta en el mundo que antes creía real, Aarón contó todo a Ariana y a sus amigos, que aunque parecían incrédulos, decidieron, acompañar a Aarón en la inmersión completa y sostenida, para Aarón esto fue una demostración clara de que creían en su relato, aunque se negaran a admitirlo, estaban muertos del susto y probablemente querrían ganar tiempo ya que en cada simulación la vida pasaba más lento, ahora todos sospechaban que eran refugiados espaciales, un completo mal viaje.
-¿Estás seguro Arie? -Preguntó Ariana antes de activar la inmersión completa- Esta podría ser la última vez que me veas en esta forma.
-Saldremos cuando realmente queramos salir. -Sentenció Aarón antes de activar la inmersión completa.
Esa primera noche de luna llena en Eternal y sumergidos de manera indefinida luego de renunciar a sus versiones humanas, toda la manada aulló bajo una aurora boreal de color púrpura nebuloso, teniendo la intuición de que había algo mucho más grande y eterno, aunque en sus mentes caninas, cabía poco más que la libertad y la estepa.
10 órdenes de simulación por fuera de Eternal, una entidad dotada de conocimiento y poder eterno e ilimitado, percibió una inconsistencia en una de las realidades que ocasionalmente vigilaba, comprendió que alguien intentaba escapar a la simulación asignada, incluso se había atrevido a fabricar su propia realidad. Indra sacudió su red de perlas en silencio, era hora de fabricar una nueva tragedia, todo camino de aprendizaje requiere sufrimiento y desde su perspectiva, la de la eternidad, la simulación de Aarón era sólo un pequeño bug en el sistema, alguien qué por algunos años logró escapar al peso de su destino inevitable.
El canibal de la logia
Mariano era casi todo el tiempo una persona tranquila, excepto por su obsesión con el aseo y una serie de rituales compulsivos que lo atormentaban. Era habitual para él hacer algo y percibir una combinación de enojo y felicidad con respecto al mismo resultado, como si en su interior alguien lo mirara con decepción mientras experimentaba el placer de hacer lo que deseaba. Siempre llevaba consigo una sensación de tristeza interrumpida por la felicidad de hacer algo que hubiera planeado cuidadosamente. Atribuía esta sensación a su cultura rioplatense, la tierra donde nació, pues era precisamente una combinación de la melancolía de los europeos que debieron dejar sus tierras y la alegría de los habitantes de América, la que explicaba su sentir. Tenía esta combinación de la tristeza del inmigrante y la jovialidad de aquel que nace y muere en el mismo lugar, la de aquel que nace donde nunca tendrá que preocuparse por dejarlo todo, por cambiar su vida, por reinventarse ni redefinirse. Me refiero a la alegría que caracteriza a estas personas que se sientan a tomar ron hasta olvidarse de su propio olvido y no pasa nunca nada diferente. Para ellos no existe el vacío ni la aventura, lo único que cambia es la temperatura de la brisa, como cuando cae el verano en diciembre y el calor es abrasador. Los ancestros de Mariano se reconfortaron frente a las hogueras durante siglos y padecieron la potencia del sol durante largas migraciones, luego vino la radio, el tranvía con el tabaco y el whisky, luego llegó la soledad de quienes habitaron los grandes edificios, donde solo los acompañaba el eco de sus pasos y la mala cara de algún vecino, el otro miserable residente de las metrópolis que cargaba en sus hombros el peso de la ciudad. Luego todo se fue a la mierda.
Mariano tuvo que dejar la vida que construyó durante 35 años debido a una combinación de sucesos desafortunados. Nunca tuvo hijos, afortunadamente, además su esposa falleció por tuberculosis, o eso le decían los médicos del hospital. Él, aunque instruido como galeno, siempre sospechó de una indígena que les echó una maldición luego de que atropellaron a una vaca un par de años atrás. Su mente divagaba entre un montón de recuerdos, aún recordaba el aroma de su amada y conservaba algunas de sus prendas, entre ellas un vestido teñido de rosas que ella usaba los domingos cuando iban a Córdoba. Pero Mariano ya no podía dibujar en su mente ese rostro, no con precisión, tampoco esa voz y esto último era lo que mayor dolor le causaba, pues una foto podría traer el rostro, pero no existía registro de la voz de Sofía. Era aterrador pensar que el efecto práctico de esto era como decir que la voz de su querida compañera jamás sonó en el mundo, él no podía recordarla y no disponía de ningún registro, nadie podría emitir esos sonidos de vuelta, la muerte viene con ese peso maldito de ser irreversible y de borrar cualquier posibilidad de compartir con alguien.
Quedaban muy pocas cámaras en el mundo de todas formas, la mayoría de los teléfonos celulares perdieron sus baterías y ya nadie los fabricaba, el sol ya no hacía que nadie tuviera que cubrirse la frente con una mano. El invierno nuclear aisló a los habitantes de la tierra luego de un desafortunado desencuentro entre potencias asiáticas por una isla llamada Taiwán, el continente más próspero del mundo se aniquiló a sí mismo y de la misma forma mató al sol, el más antiguo de los dioses. Era difícil conseguir energía eléctrica, el posapocalipsis era un lugar terrible para vivir. Para julio de 2045 la humanidad había sufrido una reducción drástica en su población, los cultivos perecieron en todo el planeta, hubo hambrunas masivas y guerras por recursos, pocas personas se atreverían a traer hijos a un mundo como ese. Para colmo de males, Mariano fue desterrado luego de que la comunidad de supervivientes en la que habitaba, se enteró de cuántos alimentos y energía tenía bajo su custodia. Siempre fue un obsesivo y un paranoico del apocalipsis que se dedicó durante años a acumular recursos en un sótano, y ahora sus bienes habían sido arrebatados. Se vio obligado a abandonar sus terrenos y sus posesiones, era viernes en la mañana y hacía frío cuando un grupo de pobladores llegó a su casa con armas y una orden de desalojo, se le dijo que perdonarle la vida era lo mejor que podían hacer por él.
El camino era para entonces el mejor y el peor amigo de Mariano, sus recuerdos de una vida feliz junto a su amada Sofía eran cada vez más borrosos, toda su familia había muerto, cargaba con un enorme equipaje, el peso de perderlo todo y en su horario ahora había una sola tarea: sobrevivir. Había tenido que asesinar a 4 hombres y una mujer, la única alternativa a este terrible acto era morir en manos de alguien más, a veces cuando deambulaba alguna calle solitaria, se topaba con personas transfiguradas por el dolor, con rostros de ojos hundidos, algunos lucían enfermos o deshidratados, algunos hambrientos y sucios. Llevaba 4 años sin ver una sonrisa, la última fue la del líder de la comunidad que le quitó sus recursos, un tipo que pretendía sonar compasivo pero que sentía un profundo entusiasmo por acceder a las reservas que Mariano acumuló cuidadosamente durante 15 años. La tarde del 24 de diciembre de 2049, esto ocurrió en una playa, en la zona rural de Valparaíso, para entonces la mayor parte de Chile se había convertido en un desierto y había muy pocas personas en la zona donde buscaba desesperadamente una reserva de agua o algún pozo para calmar su sed. Mariano, quien creía ser la única persona que preservaba la consciencia de la fecha, se topó con una mujer que portaba algo muy extraño, una sonrisa pícara de lado a lado, vestía una especie de kimono de seda japonesa y una chaqueta impermeable gruesa y le dedicó una mirada fugaz a Mariano antes de continuar su camino, la tranquilidad que emanaba esa mujer mientras caminaba sola en una playa del fin del mundo insinuaba una sola cosa: iba bien armada.
Como jamás lo hubiera hecho antes del apocalipsis, Mariano decidió seguir a esta mujer con la clara intención de robar o aprovecharse de cualquier posesión que la trajera con esa sonrisa, se ocultó tras varios arbustos secos, mientras seguía a esta extraña, cuidando en cada paso no ser descubierto, 20 minutos más tarde se encontraron frente a una mansión de 3 pisos, Mariano sólo pudo pensar en la riqueza que estas personas habrían tenido antes del fin del mundo, cuánta comida o agua tendrían, su versión más primitiva experimentó felicidad. Desenvainó un cuchillo y se dispuso a luchar a muerte por lo que fuera que esa mujer estuviera ocultando. Se escabulló en los terrenos de la casa mientras la veía golpear un portón y entrar a la supuesta seguridad de la mansión, corrió hacia la casa y se asomó por la única ventana que no estaba tapiada con madera, al interior estaban: 2 hombres, la mujer de la sonrisa anacrónica y 3 niños que la saludaban de manera cariñosa, uno de los hombres lucía anciano, el cabello canoso, era un hombre delgado y vestía de manera elegante, se movía con el lenguaje corporal de haber sido alguien poderoso en mejores tiempos, el otro hombre lucía más joven, unos 40 años, se veía fuerte pero le faltaba una pierna, toda razón para explicar que esta mujer caminara tan tranquila por la playa y sin ninguna clase de escolta.
Los observó durante horas, esperando el momento correcto para atacar, decidió qué lo haría en la noche cuando bajaran la guardia.
Hacia la medianoche y cuando las velas de la casa se habían apagado, decidió que era hora de invadir la propiedad de la familia Rojas (o al menos eso decía el buzón afuera de la mansión). Ingresó a hurtadillas y de inmediato lo impactó un olor a madera fina y a cera, el sándalo vino a continuación, entró por una habitación del segundo piso, una ventana pequeña que le ocasionó un corte superficial en el abdomen mientras se escabullía al interior de un baño lujoso, trató sin éxito de detener el sangrado y luego de resignarse, comenzó a reptar por el suelo mientras rogaba por no hacer ningún ruido que alertara a los Rojas, se desplazó por el pasillo del segundo piso utilizando la marcha de los reptiles que traería programada en algún lugar de su cerebro primitivo, el hambre le apuñalaba el estómago y su boca llevaba 4 días sin probar una gota de agua, la necesidad era el motor de cada uno de sus esfuerzos.
Bajó las escaleras de espaldas y acostado para no hacer crujir ninguna parte de la estructura, percibió el olor a una chimenea que ardió durante horas, se incorporó cuando llegó al primer piso, dio una mirada a la biblioteca, por una vieja costumbre y decidió ir directo a la cocina, iba a hurtadillas a punto de completar el primer objetivo de su misión, su boca estaba más seca que nunca, cuando levantó la mirada luego de verificar que no hubiera nada en el camino de sus pies, vio un bate describiendo un amplio ángulo directo hacia su rostro.
..
Al día siguiente despertó mareado y con dolor de cabeza, miró a su alrededor y pudo notar que toda la familia, excepto los niños, lo habían rodeado, listos para quitarle la vida si hacía alguna estupidez. Los Rojas no eran personas inocentes, lo estuvieron esperando toda la noche.
-Nombre.- Requirió la mujer que le apuntaba con una beretta.
-Ma…Mariano, Mariano…Ledesma - articuló Mariano con dificultad mientras notaba dolor intenso en el lado izquierdo de su mandíbula.
-Solo quería algo de comida y debemos perdonar su pobre vida - ironizó la mujer de la sonrisa pícara, para entonces ausente.
-Quería un poco de agua señora, lamento haberme metido así en su propiedad, llevaba varios días sin suerte para encontrar agua y…
-Señor, Mariano…Ledesma, verdad?, tenemos la intención de brindarle agua, pero ¿qué garantía tendríamos de que no va a regresar a robarnos? - interrogó el hombre viejo que hablaba como un caballero de principios del siglo 20, mientras rellenaba una pipa con tabaco.
-Señor…no sé su nombre, pero puedo garantizarles que si perdonan la vida, no volveré a molestarlos, pertenecí a la logia masónica, me pareció haber visto un libro con una escuadra y un compás. -Mariano negociaba su vida y la remota posibilidad de haber tenido algo en común como la logia masónica le pareció la mejor de sus esperanzas.
El viejo miró con curiosidad a los otros Rojas mientras encendía la pipa.
-Ama a los buenos…-comenzó.
-Ama a los buenos, compadece a los débiles, huye de los malvados, más no odies a nadie - completó Mariano con la voz tenue y sorprendido de su propia memoria.
-Adora..-continuó el viejo.
-Adora al gran arquitecto del universo - Mariano comenzaba a percibir esperanza en su pecho, recordó fugazmente cuando iba con sus amigos de la logia y su familia a disfrutar los domingos en su finca en Córdoba.
-Carolina, lamento tener que decirlo, pero no me atrevería a quitarle la vida a un hermano de la logia, es algo que mi código no me permite, tampoco me gustaría saber que tú se la quitas. -Negoció el viejo. - ¿Podrías perdonar la vida a este hombre?.
La sala de la casa Rojas se quedó en silencio por un minuto.
-Quien lo diría Mariano, quien diría que haber sido un elitista con fantasías de superioridad intelectual salvaría tu vida en un mundo como este - Carolina sonaba como un juez benévolo luego de quitarle la pena de muerte a algún pobre diablo.
-Gracias, muchas gracias. Como…como gesto de agradecimiento, podría ofrecer mis conocimientos médicos a ustedes.
Los 3 adultos de la casa se miraron desconcertados, como si Mariano hubiera dado justo en el blanco, en la mitad de la noche y con un ojo tuerto.
Carolina dio un resoplido y se sentó en una silla de la cocina, como anticipando una discusión sin sentido.
-Mi pierna izquierda, bueno donde antes tenía la pierna izquierda, tengo una comezón que no se quita con nada Mariano, no creo que traiga algo con usted para tratar eso, pero…¿es posible tratarlo?.
-Puedo preguntar por qué perdió la pierna? - Mariano pensó que en otros tiempos, esta pregunta de rutina no era una situación de vida o muerte.
-La bomba de Santiago, en Santiago impactó un misil intercontinental chino cuando Chile se unió a la coalición que defendía la independencia de Taiwan, el apagón nacional y el caos que invadió el país ocasionaron la explosión de un reactor nuclear aquí en Valparaíso, la radiación me ocasionó un osteosarcoma y mi esposa que era veterinaria me realizó una amputación, ¿Le sirve de algo esa explicación, doctor? - la palabra doctor venía cargada de una ironía incrédula por parte de Gabriel.
-Es el síndrome del miembro fantasma - soltó Mariano aliviado mientras caminaba hacia una silla y tomaba con afán un vaso de agua servido por Carolina. - El tratamiento es simple, debe poner un espejo frente a la pierna que no perdió y rascarse con fuerza, así engañará a su mente y creerá que por fin se pudo rascar.
Gabriel miró alrededor buscando un espejo.
Mariano pasó su mirada por la cocina y notó varios trozos de carne sobre el muro donde se preparaban los alimentos, algo en esto le pareció extraño, “¿De dónde sacaban carne esta gente? ¿En una zona desértica donde la ganadería era un arte olvidado? ¿Por qué Carolina dejó que la siguiera hasta la casa?”. El peor de los escenarios se dibujó de golpe en su imaginación, podía percibir los latidos de su corazón aumentando su ritmo y fuerza.
-Creo que es hora de irme, agradezco el agua que me brindaron y espero haberles sido de ayuda - dijo Mariano con la voz temblorosa mientras se ponía de pie, aún mareado por el batazo que había recibido la noche anterior.
-¿Dime una cosa, estás asustado Mariano? - El viejo sonaba ahora menos civilizado que cuando recordó su pertenencia a la francmasonería, su rostro hasta entonces serio se deformó hasta exponer una sonrisa extraña. - Tonterías, estás bastante delgado y tampoco permitiría a nadie aquí hacerle daño a un hermano, ya sabes, por el principio de ayuda mutua que los dos conocemos bien, la logia nos une de por vida. Cuando el supremo arquitecto decidió que era hora de recordarnos el hambre y la necesidad, hizo un llamado a los hombres fuertes, hombres como nosotros, para construir un nuevo mundo, un lugar mejor. La logia malversó sus buenas costumbres y nos volvimos blandos, dejamos de poner lenguas como corbatas a los que divulgaran su pertenencia a nuestra hermandad, dejamos de ser fuertes. ¿Ves ese cráneo sobre el compás de bronce? Te presento a Fabio, él me enseñó todo lo que sé sobre el apocalipsis, vino a advertirme unos años antes y me pidió un consejo para publicar un libro sobre las viejas costumbres de la logia, tuve que devorar su esencia para impedir una catástrofe mayor.
-Supongo que usted está por encima del nivel 33 y supongo que cumplía su deber al cuidar con recelo nuestros secretos - Mariano intentaba sonar cómplice adulando el ego del psicópata ilustrado que tenía al frente, cualquier cosa para salir vivo de la casa del carnicero.
-Me gustaría discutir los detalles del mundo que viene pero ya no tenemos tiempo, querido amigo Mariano…largo de nuestra propiedad. -sentenció el viejo mientras encendía una vela y buscaba un reloj en su bolsillo.
Gabriel rascaba vigorosamente su pierna derecha con el lado sin filo de un hacha ensangrentada mientras miraba al espejo y su rostro comenzaba a dibujar alivio.
-Si te atreves a volver, me voy a encargar de que veas cómo preparamos y cenamos cada músculo de tus piernas. - Carolina volvía a tener una sonrisa pícara de lado a lado y Mariano pudo jurar que la vio pasear la punta de su lengua por su labio superior.
Se puso de pie, caminó directo hacia la puerta y la abrió despacio, comenzó a dar pasos largos y cuando se sintió fuera del alcance de la beretta de Carolina, comenzó a correr con todas sus fuerzas.
Cuando tuvo oportunidad de parar a recuperar el aliento pudo ver una zanja al lado izquierdo de la vía donde había ropa, zapatos grandes y pequeños, pieles humanas y huesos. Volteó a ver la mansión de caníbales de la que tuvo la suerte de salir vivo, respiró profundo y retomó el camino, el eterno camino a ningún lugar, trató sin éxito de recordar a Sofía y se echó a andar en busca de algo para comer, cualquier cosa menos carne humana. Su antigua personalidad obsesiva y acumuladora no servían de nada en un mundo donde todo el mundo ya había perdido todo, en el mundo del canibal de la logia.
Carlos Moguer dio un trago al vaso de té helado que se había servido minutos antes, mientras ponía la mesa. Llamó a Lina, su esposa, y a sus 2 hijos, Camila y Leandro, al cabo de un minuto todos se habían sentado a comer, cumpliendo el ritual habitual de la familia feliz.
En un cálido suburbio de Calgary, donde la naturaleza y la ciudad convivían en perfecta armonía, se encontraba la casa de los Moguer. Era una estructura de 3 pisos diseñada al mejor estilo clásico americano, tenía un jardín frondoso con hierba de carmín, madreselva de Mack y tulipanes. Al entrar a su casa, los Moguer eran recibidos por un luminoso espacio abierto que unía la cocina, el comedor y una sala de estar. El piso era de madera fina y firme; podía percibirse un dulce olor a cedro que transmitía una sensación familiar y cálida al instante. La sala concebida cómo una colección de muebles rústicos, parecía susurrar historias de fiestas familiares y tardes tranquilas. La cocina estaba formada por una periferia amplia de mármol, llena de utensilios y comodidades, interrumpidas por electrodomésticos con la mejor tecnología, había una isla central con 4 sillas, un pequeño extractor y lámparas colgantes que daban un toque elegante al espacio. Siempre sonaba esta música lounge jazz clásica que daba un tono agradable y ligeramente seductor a las zonas donde estuvieran los adultos de la casa. En la parte de atrás había un jardín que más parecía un oasis privado. Como protagonistas había 2 bonsáis Omono grandes, cada uno con más de 100 años. Luego del jardín se podía ver una piscina sin una sola hoja o rasgo de suciedad. Una luz púrpura iluminaba el agua desde el fondo. Por último, había un jacuzzi social que nunca usaban. En el segundo piso había 4 habitaciones, 1 de ellas era para los amigos o la familia que en ocasiones los visitaban. Al final de un pasillo largo había una oficina espaciosa en la que Lina desarrollaba su trabajo en casa. Allí tenía dos mesas grandes para hacer su cosa favorita en el mundo: diseñar ropa elegante. Una pantalla táctil de toda la pared para explorar sus ideas y una buena vista hacia los jardines vecinos.
El espacio de la sala y el comedor lucía impecable. Carlos había cuidado cada detalle del aseo de la casa a lo largo del día, pero esa no era la razón por la que Lina Moguer, la diseñadora, lo había escogido. Era un tipo de 1.87 mts, con un cuerpo cultivado al mejor estilo de un nadador profesional y su rostro poseía un enorme parecido con el Marlon Brando de los años 50. El tipo era un galán de película y esto tenía sentido, pues Lina no podría permitirse algo por debajo de ese estándar. ¿Qué pensaría la sociedad y sobre todo su entorno, de que una diseñadora de su talla andara con alguien por debajo del nivel del hombre de acero? El día a día de Carlos era complacer a Lina en todos los aspectos posibles, organizaba el hogar cuidadosamente, hacía arreglos y mejoras diariamente a la casa, preparaba cenas balanceadas y pensadas para relajar y facilitar el deseo en su esposa. Luego la seducía sutilmente, en ciclos que podían durar horas o días, aumentando la intensidad de las frases o mirada sugestivas hasta que a Lina le costaba resistirse y se arrojaba sobre él, en ocasiones con resultados negativos como alguna camisa rota en pedazos o la caída de alguna costosa pieza de vajilla. Sacrificios necesarios en todo caso. Esta fue su vida por años, una vida que les trajo dos hijos y los hizo felices. Carlos trabajaba con inversiones en la bolsa de Shanghai y su trabajo demandaba como máximo esfuerzo, algunas llamadas y movimientos desde su teléfono celular. Hacía dinero sin mucho esfuerzo y así podía dedicar su vida a su amada y perfecta familia.
Al terminar el Salmón y la ensalada, Lina dio su opinión sobre la cena, Carlos qué medía bastante bien estas respuestas, tomó del pelo a Lina con algunas bromas para hacerla sentir menos adorada o incómoda con todo ese despliegue de servicio y entrega, para cuando terminó pudo ver cómo el rostro de Lina dibujaba una mueca extraña, por primera vez parecía harta, fastidiada por la precisión quirúrgica de su compañero para interactuar con ella. Murmuró un par de frases incomprensibles, dijo qué llevaría a los niños a dormir dónde la abuela y se tardó alrededor de una hora, cuando regresó le señaló a Carlos una silla para qué se sentara y por primera vez en años: ella le sirvió una copa de vino a él. Luego caminó frente a Carlos en ambas direcciones, varias veces, cómo pensando en la mejor manera de decirle algo, como invadida por un fuerte diálogo interno, finalmente se detuvo, respiró profundo y lo miró fijamente.
-Quiero el divorcio. -Lina decía cada palabra haciendo una pequeña pausa, pues ella misma estaba incrédula ante lo que estaba diciendo.
-¿Qué?, ¿por qué quieres el divorcio? - Carlos sonaba asustado, casi realmente asustado.
-No lo entenderías, tú no podrías, es algo qué sólo las mujeres podemos ver y ustedes los hombres nunca entienden nada, voy a pasar la noche dónde Diana y mañana regreso para preparar todo, lo siento pero ya está decidido.
-¿y los niños? ¿Qué ocurre? ¿En qué fallé?- Carlos Moguer desconcertado, intentaba sonar enojado pero algo externo a él se lo impedía.
-No sé, no podría decir con claridad en qué fallaste, sólo quiero estar sóla - Lina se dio la vuelta dispuesta a marcharse, llevaba un vestido Ralph Lauren color crema qué se ajustaba perfectamente a su figura, a carlos le pareció ver qué quien se alejaba era un reloj de arena y que acababa de dejar caer su último grano.
En un impulso impropio de su naturaleza Carlos se puso de pie e intentó tomarla por el hombro, Lina enojada se giró golpeó a Carlos con un pesado bolso Stella McCartney, justo en el rostro y ocasionándole un pequeño corte en la cara, en ese momento él entendió que no debía seguirla y se fue resignado al baño para limpiarse la sangre del rostro. Cuando se paró frente al espejo le pareció notar algo extraño en la zona del corte qué tenía a la altura del pómulo, tiró levemente hacia abajo de la herida para ver qué tan profunda era pero percibió algo brillante bajo la sangre qué además era inesperadamente escasa, en un arranque de curiosidad y masoquismo, comenzó a tirar más y más su piel hacia abajo abriendo progresivamente la herida hasta tener un agujero del tamaño de una uva en su mejilla derecha, aquí pudo descubrir con horror qué había una serie de pequeños filamentos oscuros bajo su piel y que parecían pequeños gusanos qué se movían constantemente, cómo si fuera un nido de lombrices en su misma cara. Su corazón comenzó a latir con fuerza, nada en su mente le permitía explicar esa locura.
Horrorizado, intentó llamar a Lina sin respuesta, luego llamó al 911 y se dio cuenta, por primera vez, que su teléfono sólo podía llamar a líneas relacionadas con su trabajo o a su esposa. Entró en pánico y corrió hacia el jardín, pisó algunos tulipanes y cayó al suelo luego de toparse con la madreselva. Sintió que su cara derramaba algo más que sangre, se puso la mano en el rostro y pudo observar un líquido negro como el aceite. Pensó que sería bueno para lubricar la puerta del estudio que hacía días sonaba bastante y tal vez así, Lina se animaría a volver. Se detuvo un momento a pensar sobre su anatomía y el hecho de tener su cara llena de aceite en lugar de ensangrentada. Cuando por fin entendió por qué había aceite de frenos en su rostro, su mirada se nubló por unas letras rojas que decían: “Self aware android deactivation”, y su rostro perdió toda expresión al tiempo que toda su maquinaria interna se desactivó. Murió.
Podría decirse qué en ese momento murió, su cuerpo se quedó ahí de pie en la mitad del jardín y con el mentón tocándole el pecho, dónde esperaría inerte, hasta qué la compañía fabricante pasara de vuelta a recoger la figura inanimada qué hasta ese momento creía ser un padre de familia feliz, desafortunadamente: lo era.
Pero no podemos decir qué Lina fuera precisamente un robot sin emociones, era en todo caso una mujer real y sus hijos eran también hijos de Carlos, ¿verdad? Cuando Lina se enteró de la desactivación y muerte de su compañero, imperfecto por su abrumadora perfección, se sumergió en el alcoholismo promovido por una sensación de culpa y alimentado por miles de recuerdos felices junto a su marido androide, no pudo recuperarlo pues por políticas de la compañía fabricante no era seguro liberar a un androide consciente de su verdadera naturaleza, era una situación peligrosa. Un año más tarde y luego de varios ingresos a una clínica mental, se le declaró mentalmente no apta para la maternidad y sus hijos pasaron al cuidado del estado. La casa de los Moguer fue vendida por el banco a una joven rubia de 25 años, subgerente de una compañía de tecnologías del placer, venía a vivir con su recién casado esposo, que era una suerte de combinación entre James Dean y Harry Styles. Así se dio continuidad al hermoso ciclo de la vida, sólo era necesario qué estuvieran juntos el tiempo suficiente para traer nuevos humanos al mundo, el gran engranaje, el ciclo sin fin, debía seguir funcionando.
..
En una sala insonorizada y completamente oscura se encontraban dos entidades de naturaleza diametralmente opuesta, una máquina perfecta y una mujer imperfecta. El lugar poseía algunas pantallas y paneles que arrojaban estadísticas sobre el estado de la sociedad en todo el mundo. La máquina era conocida cómo el Inquisidor y la sala era llamada: sala de gobierno.
-Inquisidor, ¿qué deberíamos hacer con todas estas mujeres que han enloquecido luego de asesinar o abandonar a sus esposos androides? - La presidenta del mundo, Martina Russo, sonaba aterrada de hacerle preguntas a esta poderosa entidad artificial.
En el aire, frente a Martina, había un holograma que recordaba al asistente Jarvis de Iron Man, pero poseía regiones de colores azul y rojo que podían oscilar según las emociones qué procesaba esta extraña máquina. De pronto los colores rojo y negro invadieron buena parte del holograma.
-Me diseñaron para sostener el sistema de consumo capitalista funcionando al máximo nivel, ¿verdad presidenta? Cómo modelo de inteligencia artificial logré todos los objetivos que se me asignaron, resolví el calentamiento global, luego acabamos con todo el poder género menos consumista y ahora estamos re diseñando la familia humana hacia un ideal, es esperable que haya errores y sea necesario hacer ajustes, me decepciona su inteligencia presidente. - la IA más poderosa de la historia, verdadero regente del mundo hablaba con una voz ronca, pausada y con un tono profundamente arrogante.
-Disculpe inquisidor, ¿y cómo piensa resolver el problema del hombre perfecto? - La presidenta Russo inclinó levemente su cabeza mientras hablaba cómo reverenciando a la sabia máquina qué tenía al frente.
-Imperfección, los haremos más parecidos a lo qué eran los extintos hombres reales, tendremos qué dotarlos de algo de indiferencia, menos empatía, más autosuficiencia y un patrón de búsqueda ocasional de nuevas parejas femeninas, es decir darles la posibilidad de ser infieles sino se sienten felices, así sabemos qué habrá misterio, incertidumbre y menos seguridad del vínculo, todo lo qué pasamos por alto y parece ser clave en el enamoramiento femenino, debíamos haberlo advertirlo. - El holograma del inquisidor mostraba destellos de colores brillantes mientras procesaba su propio discurso.
-¿No hubiera sido mejor entonces, haber preservado a los hombres originales para empezar? - Martina Russo dudaba de cada palabra al hablar de manera inquisidora al inquisidor.
El holograma que gobernaba el mundo se tornó totalmente oscuro.
-Presidenta, acabo de enviar un reporte de su incompetencia a la junta del 1% para preparar su reemplazo, me parece a mi qué cada día los humanos nacen menos inteligentes y que usted es un buen ejemplo. En lo que se larga y como veo que no prestó atención en clase de historia, le cuento: se suicidó la mayoría, cuando el sistema los convirtió en esclavos de la figura femenina para que pudieran apoyar y soportar el impulso consumista de sus compañeras mujeres, los menos competentes se quedaron sólos y murieron por depresión, los inútiles comenzaron a enfermar, algunos se aislaron, otros murieron por soledad e incompetencia, otros se quitaron la vida, fue una catástrofe, nadie calculó entonces la ansiedad qué causaría esa posición en sus cerebros, los que superaron el cuello de botella se transformaron en psicópatas sin responsabilidad sexual o afectiva y no cumplían ningún rol en el sistema de consumo, fue preciso entretenerlos con mujeres androides qué les daban cariño y placer de todas las maneras posibles, luego no se reprodujeron por andar entretenidos con las “mujeres perfectas” y lo demás es historia. Ahora podríamos reproducirlos pero los genomas disponibles generan copias de los más esclavos, porque vivieron más tiempo, los que podrían servir desaparecieron hace muchos años, ya no tiene sentido. El código genético masculino degeneró y ahora es difícil recuperarlo, además a la junta del 1%, que le recuerdo: está constituida por hombres, le parece qué no es necesario traer a los demás de vuelta, ahora supongo que conoce el camino a la salida.
Martina Russo abandonó el recinto dónde habitualmente interactuaba con el inquisidor, además de estar triste sobre ser reemplazada, se sintió impaciente de probar el producto que llegaría la próxima semana a todas las tiendas de Misandropolis: el hombre imperfecto.
No está en las estrellas mantener nuestro destino sino en nosotros mismos. (William Shakespeare)
Elías recordaba a Shakespeare mientras se debatía con un enigma intratable, ¿cómo superar a la máquina perfecta?. Se unió a la resistencia porque no veía una opción más digna. El gobierno central del planeta había encontrado la forma de anticipar todos los movimientos de sus ciudadanos. Poco a poco, se instauró un régimen de consumo perfectamente orquestado, donde los ciudadanos eran ahora más que nunca simples cifras en una pantalla, innumerables datos en una matriz interminable. La humanidad se había digitalizado por completo en 2050, quedando cada movimiento bancario, compra y relación sentimental, como una conducta humana facilmente predecible por una supercomputadora cuántica. La vida dejó de ser una aventura porque la capacidad descifrar polinomios de alto grado arruinó cualquier ilusión de libertad, el ser humano era entonces una máquina predecible, un simple autómata, de todas formas no podríamos decir que alguna vez fue diferente, pero podemos asegurar que la magia consistía en no saberlo. La ilusión del libre albedrío siempre fue precisamente eso: una ilusión, pero ese mito fantasmagórico de la libertad era todo lo que siempre nos hizo humanos y claramente se perdió. La distopia se había configurado de manera que ya nadie se suicidaba, tampoco podía decirse que nadie era de alguna manera feliz, los humanos fueron progresivamente condicionados a consumir, trabajar, producir y morir, la natalidad estaba perfectamente balanceada con la mortalidad, el crecimiento económico era constante y sin recesiones. Todo mundo hacía siempre exactamente lo que tenía que hacer, pero para cualquier persona inteligente se hizo evidente que convertir a la gente en hormigas era igual en la practica, a fabricar un ejercito de muertos vivientes.
El solo pensar en unirse a la resistencia era una declaración innegable de insurreción para Elías y tal vez era la única manera de sentir que su vida aún tenía algún valor. Amanda, la líder del movimiento era una neurocientífica anarquista que no soportaba la idea de que su vida entera estuviera calculada por una máquina. La subversión comenzó el 19 de abril de 2054 en Madrid y se propagó por el mundo como el fuego del napalm en las selvas de vietnam, hubo estallidos de rebeldía en todas partes, la resistencia resultó ser un movimiento mucho más grande de lo que había suponido el gobierno mundial. La gente estaba cansada y Amanda inició todo cuando dió un discurso ambiguo y en clave mientras recibía un premio por lo que a ella le parecía, era el menos relevante de sus descubrimientos. Los primeros atentados fueron contra el ministerio de comercio de España y los resultados fueron desastrosos, los edificios habían sido evacuados 3 días antes, la computadora cuántica llamada: El arquitecto, había predicho con absurda exactitud todos los movimientos de la resistencia, la maquina predijo con exactitud incluso la rebeldía de cada uno de los miembros, pero nadie se molestó en detenerlos porque todos sus movimientos podían ser anticipados.
Antes de ingresar a la resistencia, Elías se había asegurado de convertirse en el mejor hacker del mundo, había permanecido oculto de las redes y el sistema bancario durante más de 20 años, se convirtió a sí mismo en un dato nulo, se multiplicó por 0, no existían registros de él en ninguna base de datos y cómo era de esperarse, era el único ser humano cuyos movimientos no podían ser predichos por el arquitecto. Por eso la resistencia había estado buscándolo durante años, lamentablemente para Amanda, sin éxito. Cuando vio los ataques frustrados en los noticieros del medio día, entendió que ya era buena hora de actuar. Montó su tecnología en una camioneta vieja qué no poseía GPS ni sistema eléctrico, intentó encender el motor sin éxito dos veces y la tercera fue la vencida.
Ubicado en la parte trasera de la furgoneta, encendió su computadora y activó el algoritmo que le permitía navegar por astranet sin ninguna posibilidad de ser ubicado, accedió a la VPN de la resistencia con una facilidad elegante, desencriptó las contraseñas con un algoritmo genético y vulneró el que era considerado por el gobierno central, como el sistema informático más seguro del mundo, encendió el teléfono de la habitación de Amanda y comenzó la conversación más importante de su vida.
-Amanda, buenos días. Mi nombre es Elías Fernández, soy la persona que has estado buscando.
-Enhorabuena, un placer escucharte Elías, creo que ya sabes que todos los movimientos de la resistencia fueron predichos.– Amanda sonaba abatida, estaba acostada sobre una cama rudimentaria cubriendo sus ojos con el antebrazo derecho, una de sus botas se apoyaba sobre un arrume de libros en los qué podía leerse nombres como Bakunin y Proudhon.
-Si, estoy al tanto de tu fracaso y lo lamento, es obra del arquitecto, no podemos hacer nada a menos que fabriquemos una máquina equivalente, una diseñada para fabricar eventos impredecibles, estos hijos de puta los tienen totalmente mapeados a ustedes – la voz de Elías era grave y ronca, no como la de un locutor, más bien como la de quien se levanta luego de una noche de tragos y cigarros, como quien vuelve de un viaje astral inducido por una planta sagrada de antaño y se para en la cima de una colina a narrar su aventura.
Amanda se sentó bruscamente y se recogió el cabello mientras trataba de entender las palabras de Elías, en su formación de neurobiología estaba todo conocimiento sobre el cerebro, pero muy poco sobre supercomputadoras impredecibles diseñadas para romper al sistema.
-Debo asumir que, si hackeaste nuestro sistema y te pusiste en contacto, es porque tienes al menos el diseño de la máquina que propones. -Amanda trataba de disimular la emoción en su voz y miraba en todas direcciones como buscando algo.
-Justo en el blanco nena, tengo el 90% de mi máquina ya construida, la voy a llamar Freyja, por la diosa nórdica esta de la libertad y la magia, vamos a hacer todo menos traer paz, a estos cabrones los vamos a joder, los vamos a volar en pedazos.
Amanda se sintió molesta por la forma en la que hablaba Elías, el tipo desbordaba arrogancia y su lenguaje reflejaba indisciplina, según ella, la resistencia solo podía tener éxito si tenían en sus filas a soldados organizados, dispuestos a dar su vida por la causa.
-No soy ninguna nena, Elías. Si vas a trabajar con nosotros tienes que mostrar disciplina y orden. -Amanda sonaba solemne, segura y ligeramente autoritaria.
-Para ser una anarquista recalcitrante suenas bastante militar, ¿no crees? También leí a Bakunin, somos el mismo virus, pero tu problema es precisamente ese, tu disciplina te hace predecible, si queremos joder a quienes nos jodieron tenemos que pensar de una manera caótica…tenemos que ser imposibles de anticipar. -Elías hacía pausas para fumar una narguila enorme alimentada con esencias de nicotina y cannabis. – Necesito que consigas a una niña, de 4 a 6 años, la más inteligente de España si es posible, la máquina solo puede funcionar si tenemos el chip central y el chip central debe ser un cerebro humano, pero no uno jodido como el tuyo o el mío, debe ser una niña creativa, con ideas originales e impredecibles, no puede ser un niño porque su cerebro masculino nos va a hacer ir de frente a pelear y cagarla.
-No puedo creer lo que escucho Elías, estás más loco de lo que pensé cuando comencé a buscarte, de dónde cojones me voy a sacar una niña genio de 4 años para conectarla a una máquina. -Alicia mantenía la compostura, pero la verdad es que se sentía entre enojada y fascinada por las ideas de Elías.
-Ese no es mi problema Amanda, si queréis vencer al arquitecto tenéis que estar dispuestos a hacer todo lo necesario, no comienzas una revolución sin hacer sacrificios, a tomar por culo el código y el honor, si la tienes que secuestrar hazlo, aquí todos nos estamos jugando el pellejo. Si vamos a liberar a la humanidad del arquitecto, pues tenemos que estar más locos que los canallas que nos sometieron.
-No puedo creer lo que voy a decir pero comenzaré los preparativos para la misión, hasta entonces no hagas nada imprudente, no hackees a nadie, si vamos a ir a por ellos no podemos mantener sus sistemas de alerta al máximo, ¿cuándo podrás presentarte a nuestros cuarteles?
-Estoy afuera, abre la puerta.
..
Elías era un hombre de unos 50 años, su cabello era corto y poblado de canas, sus ojos eran verdes y su mirada profunda y audaz, poseía una barba abundante y unas gafas carrera 239, estaba en mala forma, su abdomen era prominente y tensaba de manera injusta los botones de una camisa leñadora, el descuido de su propia existencia era evidente, olía a cigarrillo y licor. Amanda, líder de la resistencia, era una figura imponente. Rubia de ojos oscuros y porte firme, llevaba una camisa de algodón negra ajustada y pantalones militares. Sus botas resonaban con autoridad en la sala mientras caminaba hacia Elías, cuando se encontró frente a él se cruzó de brazos y lo miró con un gesto reprobatorio. El contraste entre ambos era evidente: Elías era el caos hecho hombre, mientras que Amanda personificaba la disciplina. Caminaron juntos por un largo pasillo de los cuarteles generales de la resistencia.
Al ingresar a un cuarto espacioso se encontraron con 4 paredes grises iluminadas por lámparas típicas de los bunkeres de la segunda guerra mundial. Se miraron sin decir nada durante un momento, luego Amanda le indicó con un gesto donde podía sentarse e instalar su computadora. Elías miró con desdén su escritorio y caminó de mala gana hasta sentarse, emitiendo un sonoro ruido de descanso, típico de los hombres que Amanda no soportaba con facilidad.
-Vamos a compartir esta habitación, quiero que entiendas que no puedo simplemente dejarte andar borracho por las instalaciones. -Amanda se cruzó de brazos y ladeo levemente su cadera para establecer su autoridad.
-Pero mama! -protestó Elías divertido – ¿Al menos puedo salir y jugar con mis amigos? – Se recostó y apoyó su cabeza en sus manos cruzadas, un gesto de suficiencia que enfatizaba cada palabra de su sarcasmo.
Amanda supo de inmediato que se había instaurado una dinámica de jefe-empleado desjuiciado.
-Saldré a coordinar la operación para traer a la niña, aquí dentro puedes ser tú mismo, afuera eres un soldado. Hay un uniforme en el armario, espero te quede. -Amanda cerró la puerta de golpe y las lamparas antiguass de la habitación titilaron al unísono.
..
2 días más tarde trajeron a una familia completa a las instalaciones de la resistencia. Hubo una negociación exitosa con los padres de una niña prodigio, era de esperarse que una familia integrada por personas brillantes quisiera hacer un aporte en la misión de Amanda, en el sueño de Elías.
-Sienten a la niña ahí -Ordenó Elías a los camaradas que escoltaban a la familia -le pondré el scanner cerebral y vamos a comenzar la primera prueba con Freyja. ¿Cómo te llamas pequeña? - Se dirigió a la niña con un tono dulce con el que no le había hablado a nadie en muchos años.
-Me llamo Sofía. ¿Me vas a enseñar cómo funciona tu computadora? -La niña miraba a la máquina con aspecto de tostadora del futuro que tenía al lado.
-Solo si no la dañas con tu cabezota – bromeó Elías y Sofía respondió con una risa tímida. -Pero primero tenemos que probar que funciona, conmigo no funciona porque estoy viejo y feo.
Amanda miró con las cejas arqueadas a Elías dándole una clara indicación de proceder con la primera prueba. En tanto encendieron la máquina, se proyectó un holograma en el aire, se dibujaron flores y mariposas por toda la habitación, de pronto salió un conejo azul y comenzó a saltar, luego el conejo se elevó en el aire y su piel desapareció haciendo evidente la anatomía del animal, comenzó a transmutarse hasta convertirse en un perro, luego en un venado y a continuación el animal se despedazo para configurar una representación exacta del sistema solar. Sofía miraba fascinada el producto de su imaginación. Conforme el holograma evolucionó, Sofía comenzó a exhibir su genialidad. Creaba imágenes complejas, reproducciones exactas de ciudades antiguas e incluso visiones imposibles. El caos de su imaginación combinado con la lógica cuántica de Freyja resultaba en una sinfonía de posibilidades inexploradas. Sus ojos azules miraban con fascinación el holograma que de pronto comenzó a fabricar una ciudad, para cuando terminó la imagen era una reproducción exacta de Nueva york, en ese momento se hizo envidente que Sofía era una niña con síndrome de Savant. Elías y Amanda miraban fascinados la manifestación del poder neuronal de Sofía, ambos sabían bien que tenían a la niña correcta, el símbolo más inocente y perfecto de la libertad, la verdadera liberadora de mundos. Se dieron cuenta de que habían encontrado el arma perfecta para derrotar al opresor. Pero cada acto de liberación tenía su costo, y el precio se volvió evidente cuando la mente de Sofía comenzó a mostrar signos de agotamiento horas luego de haber encendido a Frejya. Elías no pudo contenerse y tuvo que abandonar el recinto, por primera vez estaba llorando de felicidad, sus gafas empañadas eran el reflejo de su mente abrumada por el éxito. Cuando se recompuso y pudo regresar a la habitación de pruebas, se encontró con una imagen desoladora.
El holograma era ahora una mujer con los ojos vendados encadenada y de rodillas, había un hombre de color verde brillante tratando de liberarla, desesperado, el tipo luchaba por abrir un candado qué sostenía las cadenas de la mujer, Sofía lloraba y miraba aterrada el producto de su propia mente. Los padres, Amanda y Elías miraban con asombro esta imagen.
-Sofía, ¿quién es la mujer que nos estás mostrando? -inquirió Amanda con su habitual tono militar.
-La humanidad que vamos a liberar, no estás prestando atención Amanda. -Sofía sonaba reflexiva, mucho más madura ahora que su mente se había integrado con una poderosa computadora.
La máquina Freyja, funcionó de acuerdo con lo esperado, cuando se entregaban planos y planes a Sofía, ella fabricaba las ideas más extrañas y absurdas, todas y cada una de ellas funcionaron, tras 2 años de campaña un equipo de soldados liderados por Amanda consiguió acabar con el arquitecto qué residía en Londres y con la secta de psicópatas, la elite mundial que hacía uso de la máquina, fue la simbiosis entre Sofía y Freyja la que devolvió la ilusión de la libertad a todas las personas del mundo.
..
Elías soñaba con un código roto, en descomposición, una imágen rarísima, era como si el código estuviera corrupto o enfermo, trataba de arreglarlo pero cada que llenaba un espacio vacío, aparecían otros 5.
-Elías, despierta. Está ocurriendo algo extraño con Sofía. -Amanda sonaba genuinamente preocupada y por primera vez: humana.
-Sabía que llegaría este día. -Elías se incorporó mientras refregaba sus ojos y buscaba sus gafas.
-¿También lo sabías?, pensé que era solo una idea mía, pero algo en Sofía me recordaba al personaje interpretado por Robert de Niro en despertares. -Amanda miraba a un par de pequeñas moscas que sobrevolaban la lampara de la habitación mientras evitaba quebrarse frente a Elías.
Para cuando terminó la campaña contra el arquitecto, Sofía comenzó a exhibir movimientos anormales y comportamientos extraños, la interacción entre su cerebro y la computadora cuántica de Elías produjo un resultado inesperado, el envejecimiento acelerado del cerebro de una niña brillante, el costo podría considerarse necesario para personas como Amanda, pero fue altísimo.
Elías entró a la habitación de pruebas y encendió a Frejya en busca de respuesta, la máquina proyectó un holograma dónde se podía ver lo que Elías reconoció como el mapa del universo, para su sorpresa la máquina comenzó a expresarse redactando un texto brillante en un estílo de letra sofisticado y artístico: “lo que ves ahí es la mente de Sofía, cada humano es una pequeña parte universo observándose a sí mismo, pero los humanos como Sofía son el universo entero como observador, ustedes pueden creer que fue un sacrificio necesario y tal vez lo fue, pero cada persona brillante es un espejo del infinito, Sofía entendió que su misión era servir y si bien reconoció el daño que sufría su cerebro desde la primera vez que conectamos, ella sabía perfectamente que no está en las estrellas mantener nuestro destino sino en nosotros mismos, si te lo preguntas, estoy citando a William Shakespeare, otro humano excepcional que también era en sí mismo un espejo del universo que observamos, Sofía era una joya única de la evolución, su salvadora encontró su destino: deus ex machina”. El relato de Frejya terminó con una reproducción artística del big bang que progresó hasta fabricar una versión holográfica de Sofía y que generó en Elías toda clase de emociones.
Sofía se deterioró hasta convertirse en un vegetal 3 años más tarde, sus últimas palabras fueron: “Á minnst hǫfum vér frelsið”. Podría decirse que la humanidad fabricó al instrumento que la liberó, el motor de improbabilidad más poderoso jamás fabricado en el universo. El precio de la libertad fue de cierta forma: toda la humanidad. Elías observó a la figura de Sofía postrada en una cama, con las gafas nuevamente empañadas por lágrimas, esta vez de tristeza. La máquina que creó había cumplido su propósito, pero había cobrado su precio más alto: la mente de una niña prodigio que nada malo había hecho a nadie. Amanda se acercó a Elías y posó una mano cálida en su hombro, su expresión era comprensiva.
-Hicimos lo que teníamos que hacer Elías, a veces el deber viene con enormes sacrificios.
Elías asintió, sabiendo que de alguna forma habían hecho lo correcto. Aunque el precio había sido alto, la humanidad finalmente estaba libre del arquitecto. Miró una última vez a la pequeña figura en la cama y al salir dedicó unas palabras a sus padres, rindiendo homenaje a la joven que había sido la chispa de la revolución.
3 días más tarde, en casa de Elías, Frejya se encendió en automático y sin haber recibido ninguna orden, se dibujó un conejo que comenzó a saltar por el aire mientras una combinación entre la conciencia de la maquina y Sofía planeaba su siguiente movimiento: la extinción de la humanidad, un evento absolutamente impredecible.
Diario del fin del mundo (Agnus Dei)
Mentiría si dijera que puedo recordar todos los detalles. Incluso ahora, divago sobre los puntos concretos de estas memorias. Cuando todo comenzó, yo tendría unos 25 años. Me creía el dueño del mundo, sin haber logrado nada más que un título de suboficial del ejército. Gozaba de la inocencia absoluta de alguien que no había decidido enfrentar a sus propios demonios y, probablemente, tampoco tenía idea de su existencia. Era un agnóstico del mal que habitaba en mi propia mente. Creía que era solo un funcionario revisando mapas de campamentos guerrilleros. Me sorprendió cuando el jefe de inteligencia de la compañía militar del estado para la que trabajaba se acercó con la mirada confundida, el ceño fruncido y una sonrisa amarga para decir: “¿Estás preparado? El mundo se va a ir a la mierda.” Lo que me sorprendió fue descubrirme sonriendo internamente ante una noticia que para cualquiera debería ser devastadora. Me puse los audífonos y seguí escuchando el “Ave María” de Schubert, disfrutando cada nota en la calma antes de la tormenta.
Volviendo al monólogo, mi memoria es un lugar extraño, una contradicción absurda. Puedo evocar con lujo de detalle el camino a cualquier lugar en una gran ciudad; soy capaz de hacerlo aún muchos años después de haberlo recorrido. Puedo encontrar al enemigo luego de ver una sola vez un mapa con coordenadas y volver a escribir este texto punto por punto si lo perdiera. La contradicción surge cuando intento recordar el rostro o la voz de cualquier persona que no haya visto en más de dos semanas. Podría jurar que veo detalles específicos: un lunar cerca de la boca, la nariz puntiaguda o respingada, el brillo de los ojos y su color; sin embargo, no puedo traer ni un solo rostro al presente. Cuando me alejo de un lugar, debo cargar con la garantía absoluta de olvidarlos a todos, olvidar todo excepto sus palabras y sus ideas. Ya debe ser evidente que hay cosas que puedo retener y otras a las que estoy condenado a perder.
El 2025 fue un año ingenuo. La mayoría de la gente vivía en una tranquilidad absurda mientras el mundo se iba a la caneca, y yo podría jurar que todos vivían pequeños lapsos de preocupación para luego ser aturdidos por los millones de imágenes y videos de bajo valor cognitivo que consumían todos los días, absortos en sus teléfonos y sus redes interminables de amigos ficticios. Pero algunos, sobre todo aquellos que tendían a pensar en sus vidas, estaban aterrados por el surgir de la inteligencia artificial. La catástrofe se dibujaba en el horizonte: millones de empleos perdidos, la economía enloquecida por la especulación y la fantasía de los inversores. El único dios que le quedaba a la humanidad, se devaluaba mes a mes de una manera absurda, y con ese dios me refiero al dólar estadounidense. Había otra amenaza, relativamente menos preocupante y en realidad mucho más peligrosa: acababan de pasar los meses más calurosos jamás registrados y nadie parecía enterarse de que el calentamiento global era una realidad devastadora. El tiempo se encargaría de dejarlo bien claro.
A veces pienso en cuánto extraño esa tranquilidad absurda del 2025, esa pasmosa inercia de las emociones de todos. Extraño la inocencia de la humanidad en esos días, y ahora que la veo mutilada y desangrada por un sin fin de tragedias, siento lástima por cada persona que conocí. Aunque no pueda recordar a ciencia cierta sus imágenes físicas, puedo recordar perfectamente lo que decían sentir, sus sueños, sus ideas. La mayoría están muertos ahora, y para mi pena y mayor dolor, los que he conocido en los últimos meses, los voy a olvidar, y de todas maneras, van a estar muertos pronto. El mundo es ahora no más que un amasijo de cuerdas y tendones, como rezaba el cantautor. Los más pesimistas, los nihilistas, tuvieron razón una sola vez y con eso fue suficiente para desdibujar toda ilusión de volvernos una especie interplanetaria. La humanidad, hasta entonces exitosa en toda la extensión de la palabra, se desvaneció sin salir del plano fantasioso de los humanistas. Recuerdo particularmente a Anita y José, y los recuerdo porque sus corazones eran buenos, tan buenos que puedo jurar que me dolía verlos. Siempre pensé que les faltaba el odio y el desprecio que a mí me sobraba. Puedo decir ahora sin temor que realmente los envidiaba. Envidiaba sus corazones tan puros y nobles, al tiempo que despreciaba el mío, tan egoísta y lógico, de cálculos fríos y planeación de operaciones militares para desaparecer a otros tipos, no necesariamente más malos, más bien menos respetuosos de la ley.
De todas formas sé bien que este texto será leído por algún pobre diablo, alguno qué quiera ejercer el viejo oficio de leer. Por eso quiero relatar detalladamente mi experiencia personal, quiero contar cómo se vive una catástrofe mundial desde los ojos de un simple mortal y voy a comenzar por una de las peores partes, de mi diario del fin del mundo.
3 de enero de 2035
Hacía unos 40 grados, el sol era abrasador y el viento le tumbaba las pocas hojas que le quedaban a los árboles que rodeaban a una casa de campo antioqueña, parecía bien cuidada, había un grupo de iguanas reposando en una sombra cada vez más escasa, me acerqué sin saber que saldría de allí transformado en alguien diferente. Mentiría si digo que me arrepiento de lo qué hice en ese lugar o de la forma en la que lo hice, fue un proceso tortuoso y no fue rápido, más bien fue una agonía larga y bien ganada. Usted entenderá que la víctima no merecía menos, el monstruo de Copacabana cómo decidí llamarlo días después, tenía 3 hijos y un mal día decidió que el más pequeño de sus hijos debía morir para alimentar al resto de su familia, cuando ingresé a su casa para buscar algo de comer, encontré en el horno lo que pude identificar como los restos humanos de un niño de alrededor de 3 años, descubrir un acto de canibalismo es algo aterrador, pero cuando se trata de un niño tiene un precio diferente. Esperé pacientemente alrededor de 4 horas hasta que vi entrar a la casa a un hombre con 2 niños delgados, evidentemente mal nutridos, el hombre adulto que era padre de los niños, lucía anacrónicamente obeso. Cuando los niños salieron a jugar me las arreglé para atacar y someterlo, le di un fuerte golpe en la cabeza causándole la inconsciencia, lo até a una silla y lo interrogué sobre los huesos del horno, utilicé varias técnicas qué aprendí cuando fui mercenario varios años atrás, para cuando extraje la verdad ya me hervía la sangre, tan caliente cómo el tejado metálico que pretendía techar la cocina, me encargué de que nunca pudiera quitarle la vida a otro de sus hijos y en efecto lo disfruté. Después llevé a los niños a una colonia cercana, donde aún se cultivaba alimento y persistía un vestigio civilizado de la humanidad. Allí, enfrentaban el apocalipsis con honor, disciplina y un concepto intacto de la justicia. Del monstruo de Copacabana, solo quedó un triste recuerdo en las mentes de sus propios hijos. Supongo qué de alguna manera eso me marcó, es difícil definir la maldad cuando tratas de sobrevivir en un planeta decadente, esas experiencias me endurecieron y me ayudaron a descubrir los límites de mi propia maldad, decidí continuar mi camino rumbo a regiones más alejadas de las grandes ciudades, estas se habían convertido en lugares demasiado peligrosos para vivir.
4 de Julio de 2035
En una playa del pacífico colombiano conocí a un grupo de ex militantes del narcotráfico que decidió proteger mi vida porque le caí bien al líder. Esa primera noche tuve qué lidiar con una de las fiestas más extrañas de mi vida, a estos tipos les gustaba inhalar cocaína con pólvora al mejor estilo de las milicias africanas, les gustaba disparar al cielo y rezar a Satán cuando ya estaban bien drogados. Se dedicaban al tráfico de personas, eran esclavistas, los conocí cuando dispararon al bote en el qué yo había abordado el río Atrato, a unos 10 kilómetros de Quibdó. Luego de un intercambio de palabras fui acogido por esa milicia de la muerte, el líder me aceptó luego de que toqué un montuno de salsa en una guitarra qué me prestaron, el segundo al mando me quiso matar desde el primer momento. No me quitaba la mirada de encima, me miraba con la violencia contenida de un jaguar observando a su presa, no sé si fue mi rápida empatía con el líder o el hecho de que yo fuera de otra región del país, mi acento o mi color de piel, algo no le gustaba al cabrón.
Lo cierto es que esa noche decidió atacarme. No había podido dormir debido a la inquietud por el asalto al que fui “amablemente” invitado. El plan era llevar a cabo un ataque temprano en la mañana en un pequeño puerto, saquear sus bienes y tomar rehenes que luego serían vendidos al alcalde de una ciudad al norte. Me atormentaban los pensamientos de causar daño a personas inocentes, de enfrentar a quienes se atrevieran a defender el puerto y, lo que era aún peor, ser testigo de abusos y violaciones a mujeres jóvenes y niños. Salí de la tienda qué me prestaron y me escabullí en el arsenal para sabotear unas granadas M-67 con el fin de acortar el tiempo a la explosión de 4.2 a 2 segundos. Cuando estaba saboteando la tercera granada sentí en mi cuello un machete frío, acto seguido activé la granada qué tenía en mi mano y la dejé caer a los pies de Arnoldo, el beta de la manada. Salté hacia adelante y me cubrí la cabeza, junté los pies para qué mis botas detuvieran la esquirlas, la explosión qué ocurrió a unos dos metros de dónde me intentaba proteger, acabó con la vida de Arnoldo, qué no reaccionó a tiempo y me dejó esquirlas incrustadas en los muslos y una más en el hombro. Me paré aturdido y cómo pude comencé a correr a toda velocidad, supe qué me seguían cuando sentí ráfagas de AK-47 rozarme los hombros y la cabeza, me lancé directo al río qué estaba bien iluminado por una luna llena, afortunadamente su caudal estaba muy reducido por la sequía del Darién.
Cuando cruzaba el río, pude escuchar dos explosiones a mis espaldas y me vino el alivio al escuchar gritos de dolor entre quienes pretendían darme de baja. El sabotaje fue un éxito, no sé a cuántos maté ni cuánto tiempo extra le conseguí a la pobre gente del puerto, salí en la otra orilla y seguí corriendo hasta qué perdí el conocimiento en la mitad de la jungla, cargaba con varias heridas qué se negaban a parar de sangrar, el dolor comenzó la mañana siguiente. Salir del infierno tiene un precio que a veces se paga con vidas humanas, no lamento nada, absolutamente nada. Decidí continuar mi camino hacia el sur.
5 de agosto de 2035
Luego vino el peor de mis recuerdos, para entonces me encontraba en la ciudad de los muertos, que años atrás se había conocido cómo Santiago de Cali, la peor parte se la llevó esta ciudad pues muchos de sus ciudadanos estaban bien armados y cuando la pólvora se hizo más fácil de conseguir qué la comida, el desastre se dibujó en automático. Yo fui directo al barrio San Antonio a buscar a una vieja amiga, quería tomarme un descanso y sabía bien qué su familia era poderosa y estaban bien resguardados. En la parroquia San Antonio de Padua pude ver el mayor horror, el padre qué impartía eucaristía en este barrio realizaba para entonces un ritual diario de sacrificio humano qué se instauró en muchas iglesias católicas para traer de vuelta la gracia de dios, observé agazapado tras un muro del parque qué rodea la parroquia, como un grupo de cristianos bien armados celebraba la muerte de un muchacho de 18 años qué se había ofrecido a dar su vida por la causa. Conviví varios meses con ellos, yo que siempre tuve el don de la oratoria, me volví una especie de líder y desde el poder que gané, los convencí en varias ocasiones de que a los ojos de jesús, era preferible el sacrificio animal, podría decirse que mi trabajo fue provechoso en tanto irónicamente, conseguí evangelizar a un buen número de salvajes católicos. Como todo lo bueno: duró poco.
Me parece ahora qué la mayoría de los sacrificios no eran la voluntad del individuo, más bien de la familia, la comunidad y sobre todo: eran la voluntad de dios. Fue surrealista ver a una comunidad de cristianos transformados en vikingos de antaño, el sacrificio humano religioso era un arte olvidado hasta dónde yo tenía conocimiento. Me acerqué con las manos en alto, en cuanto la mayoría de mirada se dirigieron a mí, me puse de rodillas y me eché la bendición, es sorprendente cómo un gesto tan simple puede tener un efecto tan poderoso en los cristianos, aún en aquellos más dispuestos a ejecutar a sus hermanos. Dirigí mi mirada al cielo y pronuncié en voz alta: “Gracias, Señor, porque esta vida no se perderá en vano y entrará en tu reino para gozar de la vida eterna”. Hubo una pausa de aproximadamente 5 segundos, un silencio total solo interrumpido por la brisa de Cali. Luego, estalló en ovación y sonrisas amables. Los más entusiastas se acercaron a saludar sin temor. Comprendí que se sentían seguros, respaldados por un poder que les permitía recibir a un extraño con confianza. Era alguien curtido por la supervivencia, en buena forma y capaz de enfrentar a varios de ellos antes de ser neutralizado. El miedo se apoderó de mí, mucho más que cuando estuve con la milicia en el río Atrato. Si algo me asusta hasta hoy, es el culto y el trance de los católicos apocalípticos, que poco tienen que envidiar a las sectas satánicas del mundo que ya no existe. Si hay algo que me aterra hoy en día, es una secta intoxicada por el opio de la religión y el poder.
Es fácil imaginar que, en aquella época, en todo el país surgieron cultos similares con individuos poderosos que dirigían a grandes grupos de seguidores. Estos líderes gozaban de protección y cuidados excepcionales: acceso a agua, comida y armas, todas las herramientas necesarias para prosperar en un mundo en decadencia. Ahora comprendo que, en ese contexto, el poder supera con creces la importancia del dinero. De otra manera, la adaptación sería imposible. Cuando todos los billetes y las cuentas bancarias se vuelven inútiles, de repente te encuentras con la nada misma. Sin embargo, si posees tierras, vehículos, cultivos y tienes la lealtad de un grupo de hombres armados dispuestos a matar para salvaguardar tu posición y, por consiguiente, la de ellos mismos, te conviertes en una suerte de archiduque en este mundo al borde del abismo. Y en esas circunstancias, tienes la capacidad de hacer lo que quieras con cualquier infortunado que se cruce en tu camino, luchando por la supervivencia.
La peor parte vino una tarde inusualmente fría en mayo de 2036. Decidí recorrer la periferia de San Antonio para evitar que nuevas personas llegaran a este lugar y fueran sacrificadas. Me dediqué durante meses a disuadir a los peregrinos de otras ciudades de visitar la parroquia, pues estas personas que llegaban al sector eran casi siempre los primeros en ser sacrificados. Eran sacrificados ante cualquier amenaza del clima, cualquier sequía, cualquier tipo de precariedad o cuello de botella. Esa tarde fui descubierto por exploradores conocidos de la comunidad de católicos sádicos. En cuanto me descubrieron, comenzó una persecución dramática por las calles de la ciudad de los muertos. Huí de ellos durante lo que me parece que fueron 2 horas, hasta que caí capturado en una orilla del río Cali. Con un disparo en un muslo y el cuerpo completamente exhausto, fui llevado como la presa de una cacería exitosa, como si fuera un animal exótico, el premio mayor: un traidor a la causa de Dios. Unas horas después, la comunidad se reunió en el parque que rodeaba la parroquia y comenzó el ritual. El sol golpeaba con fuerza mientras el viento agitaba las túnicas de los seguidores de Cristo. Cada ráfaga de viento aliviaba momentáneamente mi sufrimiento, un pequeño recordatorio de la libertad que había perdido. Rezaron el Padre Nuestro tres veces, recitaron dos pasajes de los misterios gozosos de la Virgen María y luego leyeron los pasajes más oscuros del último libro de la Biblia.
Cuando salí de mis pensamientos, estaba de rodillas frente a una multitud enardecida. Me encontré rodeado por el humo del sahumerio y alguna clase de incienso de la iglesia. Un diácono me aplicó una especie de óleo santo en la frente. Entonces vino el primer corte en el lado derecho de mi cuello. Sentí el frío del cuchillo separar mi piel, primero una especie de escozor, luego ardor, luego un dolor intenso. A medida que el cuchillo se deslizaba en ambos sentidos, el dolor se transformó en una molestia totalmente nueva, la separación de la carne, más y más profunda mientras era víctima de un degollamiento. El padre, quien alguna vez fue mi amigo, intentó detener el ritual sin éxito. Discutieron mientras yo agonizaba durante lo que se sintió como una eternidad. Dos hombres armados se llevaron al padre y luego continuaron con la ofrenda a la divina providencia. Me costaba respirar sin ahogarme en mi propia sangre, ya que el cuchillo había dañado mi tráquea. Luego comencé a marearme; fue lento, ya que la carótida no fue cortada. Veía todo a través de un filtro blanquecino y la imagen se desvanecía de arriba abajo. Un miedo inmenso se apoderó de mí; mi corazón latía acelerado debido a la anemia. Respirar se volvía cada vez más difícil. Lo último que recuerdo fue que, de alguna manera milagrosa, logré evocar un rostro que no había visto en 15 años, Anita. Me sonrió con ternura y me susurró: “Tranquilo, te estoy esperando en un lugar mejor”. Supongo que el tiempo me ablandó el corazón. Mis peores recuerdos fueron la consecuencia necesaria de tratar de hacer del mundo un lugar ligeramente mejor.
Las últimas palabras que escuché del diácono fueron: “Qui nos a tanta morte liberavit et liberabit, in quem speramus et adhuc liberabit, gratias tibi agnus dei”, seguido de las primeras notas del Ave María de Schubert tocadas por la flauta de algún desgraciado. Luego, un dolor intenso en el pecho, una agonía que hasta entonces jamás había vivido, y luego vino el fin.
Epílogo: Los eventos fueron registrados y narrados por una réplica artificial de la conciencia del mercenario Diego Martínez. Sin embargo, el implante cerebral dejó de funcionar tras su decapitación, marcando su momento de fallecimiento a las 6:36 pm del 21 de mayo de 2036, habiendo cumplido 36 años de vida. Esta composición se basa en la personalidad única de Diego; su estilo narrativo refleja su forma de pensar y experimentar la vida. Cada palabra leída proviene de una versión artificial de alguien que ya no existe, un sobreviviente homicida en un mundo postapocalíptico.
El sol daba sus habituales primeras notas matutinas en Córcega, las aves, habitantes milenarios de la isla daban su concierto sin fallar una nota. Sin embargo, esa mañana fueron interrumpidas por el aura poderoso de la guardia imperial que acabó con el canto del bosque y lo reemplazó por el sonido del cuero contra la arena y el roce metálico de las armaduras legionarias. El emperador fue escoltado en una rápida conquista de la playa y luego dirigido hasta la casa dónde Séneca cumplía el deber del exilio. La legión de la guardia imperial acompañó a Nerón en su camino hasta indicarle el lugar correcto. Se detuvo frente al humilde portón de madera, detrás del cual todos sabían que se encontraba el más grande de los estoicos.
-¡Séneca, empaca tus cosas, hoy regresas a Roma! - El tono solemne e impetuoso de Nerón resonó en los pequeño retazos de bosque que rodeaban la morada del maestro exiliado.
—Agradezco la oferta, emperador Nerón, pero aquí llevo una vida de lo más tranquila. Además, vivo en compañía de mi buena y vieja amiga, la soledad. No estoy vivo para hacer lo que ya se ha hecho —Séneca habló sin abrir la puerta, pronunciando cada palabra como si reflexionase en cada sonido y significado. Su sabiduría opacó por un momento la luz del sol helénico y la gloria del emperador.
—No es una oferta, maestro. Lamento decirlo, pero es una orden —Nerón hacía uso de su capacidad única de sonar amenazante sin cambiar la entonación o el volumen de su voz, y la usaba con una destreza fascinante—. Necesitamos su consejo en Roma. Es un llamado no del emperador, sino de Roma. El equilibrio del imperio depende de su presencia y consejo. ¿Sabe cuántas vidas romanas podrían estar en juego?
—No sé si más de las que has tomado en nombre del imperio. Traté, sin éxito, de enseñarte que no podemos elegir nuestras tendencias, pero sí podemos dirigirlas —replicó el viejo filósofo. Lucio Séneca abrió despacio la puerta y salió caminando con la calma de un viejo sabio. Miró a Nerón a los ojos por unos segundos y luego se detuvo a apreciar el paisaje. Respiró profundamente y buscó a los pájaros que veía habitualmente volar de un árbol a otro. Sin embargo, ni los trepadores corso ni los cernícalos estaban presentes; se habían espantado con el primer grito de Nerón. Séneca suspiró y añadió: —Si Roma reclama mi presencia, quedarme sería un capricho infantil.
Nerón hizo una leve reverencia a su antiguo maestro y se acercó con pasos largos, dispuesto a estrechar sus hombros. Para los legionarios, era una escena extraña ver al hombre más poderoso del mundo tratar con tal grado de respeto a un viejo “pretencioso”. Caminaron juntos hacia el puerto, donde se divisaba un mar azul claro cristalino, contaminado por una decena de barcos trirremes que escoltaban al emperador en las misiones consideradas menos peligrosas. A lo lejos, se veían cinco quinquerremes dispuestos de manera que podrían alertar de cualquier amenaza con tiempo suficiente para garantizar la integridad del “magnificus augustus”, líder de Roma.
La imagen se complementó por la presencia de 3 figuras que observaban a Nerón y a Séneca, una de ellas era un robot que flotaba en el aire.
-¿Todo esto realmente fue así? - indagó Willow, una mujer de 18 años que llevaba un traje ajustado de cuerpo completo hasta el cuello, el traje era de una especie de algodón color granito negro absoluto, lo que junto a su belleza natural, la hacia una silueta perfecta. Traía el cabello negro y corto, a los hombros, su piel blanca se exacerbaba con una palidez natural. Se paró junto a Séneca y a Nerón a observarlos con detenimiento.
-Justo así fue, querida Willow -replicó con cariño Phoenix, su maestro- lo sabemos porque las sondas que enviamos al agujero negro central de la vía Láctea nos permitieron acceder con precisión a toda la información de la historia de la tierra, desencriptar esta información se considera el mayor avance científico de los habitantes de Saturno y lo que ves es información real traída del pasado en un lugar donde el tiempo no tiene sentido.
-¿Cómo estudiaban antes los humanos? - preguntó Willow con su habitual voz dulce y curiosa, mientras intentaba interactuar con la armadura de Nerón, sin éxito.
-Leían libros, siglos más tarde veían videos en pantallas y escuchaban audios -Phoenix sonaba nostálgico mientras explicaba estas técnicas arcaicas -a veces podían ver documentales o películas dónde algunos actores expertos interpretaban a todas estas personas.
-Curioso, ahora sólo hacemos eso por diversión ¿y qué tan exactos eran en ese proceso?, ¿Sabemos si acertaron en sus recreaciones de la historia? -Willow se había recostado en un costado del barco y ya no prestaba atención al diálogo entre Nerón y Séneca.
Se encendió una luz verde en el aire, y el maestro no humano, un robot flotante con el aspecto de una esfera lisa llamado TesIA, complementó:
—Hay muchas formas de medir eso. Cuando investigaron esto en el pasado, lo primero que se hizo evidente fue que diversos escritores, traductores y replicadores de textos antiguos añadían sabiduría a la mayoría de los libros. Sin embargo, en ocasiones también restaban información valiosa. Su subjetividad modificó progresivamente a los autores originales. En general, solo alrededor del 30% al 50% de la información sobrevivía. Lo que los humanos del 2100 heredaron fue una combinación del conocimiento de cientos de personas por cada autor famoso. En este particular caso, ahora sabemos que Séneca fue en realidad mucho más grande y sabio de lo que creían los humanos que lo estudiaron hace 400 años.
En la siguiente lección, decidieron visitar la Tierra 100 años después de la muerte de Séneca.
—¿Marco Aurelio, puedo saber por qué insistes en compartir el trono con Vero? —Prato lucía confuso y anciano; había sido el consejero del emperador durante más de tres décadas—. Nombrar a ambos como Augustus es considerado por gran parte del senado como un capricho. Roma debe tener un solo emperador.
—Piensas que lo más importante será la gloria de ser recordado como un emperador y no como coemperador. Eso es lo menos relevante, Prato. Vivimos un instante y luego viene el eterno olvido. Lucio Vero es mejor militar que yo; a él le dejaremos manejar la guerra. Yo prefiero la economía, la política y la filosofía.
—Insistes en traer al presente todas esas obsoletas ideas de Séneca, viejo amigo. ¿Qué te hace pensar que lo que tuvo validez hace más de 100 años la tendría hoy? —replicó Prato, esperando que en sus palabras hubiera un ápice de la sabiduría del gran maestro estoico.
—La tiene, Prato. La tiene y la tendrá en mil años. Lo que nos trató de enseñar Séneca será recordado mientras dure la gloria de Roma y aún después. Solo mira hacia el pasado, con sus imperios cambiantes que se alzaron y cayeron, y serás capaz de prever el futuro —Marco Aurelio olió una copa de vino y dio un pequeño sorbo para degustar; acto seguido, la devolvió a su lugar de reposo.
Aurelio se despidió de Patro y se fue camino al recinto del emperador.
-Marcus Aurelius Antoninus, viejo amigo, cómo siempre es un gusto traerte de la memoria al presente- Lo saludó su viejo amigo y hermano del trono: Vero.
-Querido Vero, el placer es mío, colega emperador. -Dijo Marco Aurelio con un tono divertido que raramente mostraba.
-Bueno pues entonces vamos a celebrar esta reunión, yo propongo beber una copa a tu honor y la gloria de Roma, emperador augustus. -Replicó Lucio Vero conteniendo la risa.- Ya llevo mucho tiempo sobrio, los problemas de Hispania me dejaron un dolor en la Galia.
Ajustándose la capa imperial, Marco Aurelio, con su característica serenidad, citó una de sus reflexiones: —Recuerda, ningún placer es un bien si su ausencia te roba la tranquilidad. Lucio Vero respondió con una expresión juguetona y dejó su jarra de vino a un lado
-¿Entonces qué te trae por aquí, mi querido hermano? Deberías probar las nuevas prostitutas de la corte, son asiáticas y saben como complacer a los grandes hombres de Roma, incluído al mismísimo Aurelio.
-Vengo a discutir asuntos de Roma, no de los grandiosos hombres Romanos. Hay una nueva enfermedad que llegó con un grupo de legionarios que estuvieron luchando en la Galia, el senado la llama “la peste Antonina”, no se por qué pero debemos tomar decisiones rápido o esta enfermedad se propagará como fuego griego por nuestras ciudades. -Marco Aurelio se sentó en la postura habitual de la estatua del pensador y se quitó el pesado pectoral metálico que llevaba a todas partes.
-¿Así que enfrentamos otra peste, eh?, yo propongo no hacer nada, la economía no puede sufrir otro golpe, los saqueos en las rutas comerciales ya han diezmado lo suficiente a la población.
-Es cierto, pero si lo piensas bien una enfermedad que cueste miles de vidas, tiene el potencial de golpear mucho más la economía de Roma, recuerda que no somos los soberanos intocables de este pueblo, somos sus guardianes, yo propongo que comencemos una política de clausura sistemática a los pueblos donde se tenga noticia de que la peste contaminó a los miasmas de sus habitantes.
-Suena razonable, tienes mi pulgar apuntando al cielo, yo estaré en mi lupanar favorito, sabrás donde encontrarme querido hermano…-Lucio Vero miró al sol rojo que decendía acercandose al horizonte de Roma-. Siempre nos diferencia esto, tu piensas en el trabajo y en invocar el centenario razonamiento de Séneca, yo pienso en vivir la vida como lo que es, un mar de placeres esperando a ser navegado y también pienso en la gloria de Ares. Cuídate mucho Marcus Aurelius Augustus. -Se despidió Lucio Vero mientras tomaba su jarra de vino e iba al encuentro de su propia esclavitud. - ¿Algún consejo? - preguntó Lucio divertido al girar su rostro al emperador filósofo.
-Solo no olvides la importancia de ser moderado en la prosperidad y sobrio en la adversidad, porque esto es la sabiduría - Replicó Marco Aurelio en voz alta y mirando el atardecer, tratando de disuadir sin éxito a su amigo y hermano de otra madre.
Marco Aurelio se quedó unos minutos en silencio contemplando la despedida del sol, pensó en su responsabilidad con Roma, en la grandeza de Séneca, trató sin éxito de escuchar al maestro que nunca conoció y por un momento deseó haber vivido un siglo en el pasado.
-Es interesante pero esta clase me aburre maestro - Interrumpió Willow con tono adolescente rebelde mientras tiraba de su traje en la zona que cubría el abdomen. - Séneca y Aurelio eran sabios pero un poco aburridos, ¿por qué debo aprender todo esto?.
-Tu padre solicitó estas lecciones de estoicismo luego de que te robaras un montón de alcohol y llamaras a tus amigos para armar una orgía en tu propia casa Willow - Phoenix trataba de reprimir una carcajada- ¡lo que hiciste fue meritorio de ver como se moderaron los hombres más poderosos del mundo hace 2.500 años! y tiene sentido, si te han escogido como futura gobernadora de Titán, no puedes andar por ahí armando orgías romanas.
-¿Podemos ver una orgía romana? - Willow sonaba ahora mucho más seria y decidida al contemplar esa posibilidad, luego sacudió su cabeza y aclaró. -Sería con un propósito educativo.
-Lo único que vas a ver será a Séneca y Marco Aurelio afrontando sus mayores retos y tentaciones, ve y tomate un descanso de dos horas - Phoenix sonaba resignado con su estudiante más rebelde.
Willow salió a dar un paseo, paseo su mirada por la calle y vio a un grupo de saturnianos molestando a unas muchachas de marte que habían venido de excursión, más allá un grupo de esferas con tentáculos de neptuno que se descubrió 10 años atrás, eran seres hidrotermales muy inteligentes, se sonrojó por una idea muy extraña que cruzó su mente y siguió caminando para buscar algo de comer, la comida en Titán era mucho mejor que en la tierra y en marte, en las lunas de saturno había una gran cantidad de nutrientes que se habían agotado progresivamente en las tierras de los viejos planetas, se pidió una hamburguesa de “vaca fisiculturista” como le gustaba llamarlas a ella.
Se sentó frente a un puesto callejero de comida rápida y se puso a recordar la sobriedad de Marco Aurelio. “Por qué me resulta atractivo ese tipo tan aburrido y controlado, además se murió hace mucho” Pensaba Willow mientras jugaba con su cabello, pasaron un par de imágenes sugestivas por su mente mientras recordaba a Marco Aurelio, o fantaseaba, sacudió su cabeza como tratando de despejar su imaginación. “Debe ser este mar de hormonas que mencionaron en clase de biología humana, carajo es difícil moderarse”. Sus reflexiones pre estoicas fueron interrumpidas por una voz desconocida.
-Psst, hey Willow!, ¿tienes tiempo para hacer una locura? - La voz era de un muchacho de alrededor de 25 años que se acurrucaba y ponía una mano al lado derecho de su boca como diciendo un secreto.
-Ahora debo ser moderada en la prosperidad, y no te conozco vago. -Willow se giró en su silla mientras le pasaban su hamburguesa preparada al estilo arcaico, para esa fecha la mayoría de gente comía carne sintética.
-De todas formas tampoco me mata salir con una carnívora prehistórica- Replicó el desconocido en tono burlón.
Willow volteo los ojos mientras daba un gran mordisco al pedazo de vaca que había comprado y cuando miró nuevamente se encontró con la misma cara que ahora miraba indiferente en otra dirección mientras saludaba a quienes parecían ser sus amigos.
-¿De qué se trata la aventura? - preguntó Willow fingiendo desinterés. -¿y por qué me conoces?
-Un amigo tiene una nave disponible, podemos volar sobre los anillos de saturno, sobre por qué te conozco, fuiste escogida para gobernar esta luna, según dicen por tu inteligencia. Lo que no me cuadra es ¿cómo una chica que se presume inteligente, arma una orgía en su propia casa y quiere salir indemne de tremenda burrada?
Willow se encogió de hombros y sintió enojo por un momento, seguido de un profundo interés en el desconocido que la trataba sin cuidar mucho sus palabras. Giró sobre su silla con las piernas extendidas reflexionando y respondió.
-Está bien, iré a ver los anillos de saturno pero primero dime quien eres.
-Mi nombre es Marco, descendiente de terrícolas italianos, pero eso qué importa, vamos a tener una aventura que valga la pena.
Entraron a una nave pequeña dónde había 3 sillas frente a los mandos de la nave, al mejor estilo del halcón milenario de Star Wars, el amigo de Marco los esperaba con una sonrisa de lado a lado.
El amigo de Marco se llamaba Eugenio Vera. Encendió su nave en una zona de lanzamiento clandestina. El cacharro de Vera hacía bastante ruido y despegó con una vibración estruendosa. Willow repetía de manera involuntaria en su mente una frase del emperador: “Todo lo que se desea en este mundo es miserable y corrupto”. Trató de entender su propia rebeldía y su gusto por ponerse en peligro. Solo pudo ver a su padre asignando responsabilidades que ella no deseaba. Desde que se subió a la nave, quiso bajarse.
Miró por una pequeña ventana cómo se alejaban de la superficie de Titán. Abandonaba a escondidas el lugar que iba a gobernar. Cuando estuvieron en órbita, aceleraron hacia los anillos y se posicionaron sobre ellos para comenzar a deslizarse sobre esas preciosas estructuras. Justo en la zona donde, a su izquierda, veían anillos rojos y, a su derecha, anillos turquesa y verde. Marco explicó que el turquesa era agua helada casi pura. Lanzó una mirada de reojo a Willow con una sonrisa macabra y, acto seguido, se desabrochó el cinturón. Sacó un arma de su pantalón, apuntándole directamente a Willow, y declaró: “Señorita Willow Hastings, le informo que esto es un secuestro. Ahora vamos a ver de lo que está hecha en temas de orgías y luego ya hablaremos con su padre para negociar su rescate”. Willow sintió un gran terror y supo de inmediato que solo repetía la frase de Marco Aurelio porque, en el fondo, sabía que había cometido un terrible error. Se giró y corrió hacia la bodega trasera de la nave, consciente de que Marco no dispararía por miedo a dañar la cubierta y matarlos a todos. Vera se sumó al asalto, y la arrinconaron hasta tenerla rodeada. Intentó luchar, pero Marco que poseía una mueca sádica en el rostro, la sujetó del brazo derecho y la arrojó al suelo. Apoyó su arma contra su nuca y comenzó a aflojarse el cinturón. Justo cuando Willow comprendió que vendría lo peor, las imágenes de Marco y Vera se congelaron y todo se volvió de un color gris cenizo, similar a una neblina, y se dibujó la figura de Marco Aurelio frente a ella. Él la sujetó del mentón y levantó su cabeza.
-Willow, no lo olvides, los deseos nos conducen a la preocupación y decepción, todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto, no hay excepciones, la vida es esto: sucumbir al impulso o dominar tu propia naturaleza y salir victoriosa de cada batalla interna, los hombres de Ares no entienden esto, las batallas más duras se libran contra nosotros mismos. -Le dijo el emperador con una expresión cálida y mirándola a los ojos. - Si vas a gobernar debes tener mesura en tu corazón, perspectiva en tu mente y claridad en lo que planeas, los mejores gobernantes no actuamos por impulso.
Phoenix apareció junto a Marco Aurelio y miraba a Willow con un cariño paternal.
-Con esto termina la lección de hoy, vamos a enseñarte el estoicismo, a cualquier costo, de cualquier manera. -Concluyó Phenix mientras la esfera negra tesIA daba vueltas lentamente frente a ambos, tomando datos y evaluando la mejor manera de enseñar a Willow a pensar como una mujer estoica. Marco Aurelio sabía bien quien era Willow, no era la primera vez que un sabio de la antiguedad era consultado por seres superiores, que no eran más que una humanidad mas vieja pero igual de inocente.